EUROPA PRESS.- Entre el 3% y el 10% de los casos de Esclerosis Múltiple (EM) se inicia el primer brote en la infancia, cuando es «más complejo» diagnosticar, y en el 35% de éstos, se manifiesta a través de la neuritis óptica, que puede ocasionar la pérdida parcial o total de la visión, según datos hechos públicos por la Fundación Esclerosis Múltiple.
Thaís Armangué, neuróloga pediátrica del Hospital Sant Joan de Déu de Esplugues de Llobregat (Barcelona), ha explicado que todavía es una enfermedad muy «desconocida», sobre todo en pacientes pediátricos, tanto en diagnóstico como en tratamiento, y grupos internacionales en los que participa investigan si puede replicarse la experiencia que existe de adultos, con resultados iniciales positivos.
Por su parte, Mar Tintoré, neuróloga del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña (Cemcat), ha destacado la importancia de «involucrar al niño y a los padres en el tratamiento», que es más efectivo cuanto antes se inicie, ante el riesgo aumentado de desarrollar discapacidad que tienen los niños.
«En esta enfermedad, las defensas se equivocan y atacan el recubrimiento de los nervios, la mielina, y la dejan pelada», y aunque después del brote el tejido se recupera, con los años se dificulta esta reparación, mientras que el tratamiento permite prevenir estas equivocaciones del sistema inmune.
La forma más habitual de EM entre los menores tiene recaídas frecuentes, y los que debutan en edades más tempranas tienen un riesgo de desarrollar una discapacidad de más jóvenes, pero, a la vez, estudios recientes en niños han mostrado «más efectividad» de nuevos fármacos orales, han puesto en valor las expertas, que han añadido que el tratamiento -subcutáneo, endovenoso o oral- varía según el paciente.
Campaña
Con motivo del Día Mundial de la EM, que se celebra hoy, la Fundación EM impulsará una campaña que este año se centrará en mejorar la calidad de vida de los pacientes niños infantiles, con un Plan de acción para dar visibilidad a la EM en Pediatría y Oftalmología, y creando espacios para jóvenes, entre los que estudian realizar unos campamentos, ha explicado la directora de la entidad, Rosa Masriera.
En la EM infantil pueden darse también problemas de equilibrio y mareos, pérdida de fuerza en los músculos, trastornos sensitivos, y falta de control sobre la vejiga y los intestinos, así como afectar el estado de ánimo y la función cognitiva: el 50% de los pacientes tienen depresión, y el 64%, ansiedad.
«Una vida normal»
Una afectada, Carla Herrero, de 18 años, ha explicado que le diagnosticaron esta enfermedad cuando se quedó con media cara sin sensibilidad, y actualmente mantiene su día a día habitual, ante lo que ha remarcado la importancia de mantener hábitos saludables y «mantener una vida normal», ha dicho al ser preguntada por qué recomendaría a alguien recién diagnosticado.
Pepi Martínez, madre de una adolescente diagnosticada hace un año, ha explicado que se detectó por pérdida de visión temporal en un ojo, y que a pesar de que la primera imagen al conocer al diagnóstico es el de una persona en silla de ruedas, tuvieron más esperanza al conocer mejor la enfermedad y al ver que su hija -que actualmente está de viaje con el instituto en París- puede hacer vida normal.