DAVID RUIPÉREZ.- Si la Sanidad ha pasado de puntillas en los debates electorales, los problemas y asuntos que conciernen a la enfermería han estado totalmente ausentes. Ni siquiera en los debates electorales se ha mencionado la profesión cuando se hablaba de los problemas de la sanidad pública. DIARIO ENFERMERO ha consultado a los principales partidos de ámbito nacional para que expongan sin ambages su posición en temas capitales para la enfermería española. Así lo han hecho el Partido Popular, el PSOE, Ciudadanos y Vox mientras que Podemos -a pesar de tener quince días para exponer su programa a las 300.000 enfermeras y enfermero españoles- no han contestado a las preguntas propuestas.
La primera de ellas se refería a uno de los temas más polémicos del año sanitario: la mal llamada “farmacia comunitaria” con la que se pretende que los boticarios lleven a cabo -y reciban una compensación por ello- actividades asistenciales que ya realizan enfermeras y médicos en el marco de la sanidad pública. Resulta curioso que Ciudadanos resalte que en Madrid se llegó a un acuerdo entre enfermeros y farmacéuticos, pero sin embargo este partido impidió con sus votos que saliera adelante la ley de Farmacia de la Comunidad de Madrid a pesar del mencionado acuerdo.
La pregunta era clara: ¿Le parece bien que las autodenominadas farmacias “comunitarias” realicen tareas asistenciales que ya realizan enfermeras y médicos en los centros de salud y cobren, al usuario o a las arcas públicas, por ello? Si son establecimientos privados y con ánimo de lucro, ¿no se trata de una privatización de la asistencia sanitaria?
Sobre este tema el partido Popular opina que «los profesionales -enfermeras, médicos, farmacéuticos…- son el principal activo del Sistema Nacional de Salud. Partiendo de lo establecido en la Ley de Ordenación de las Profesiones Sanitarias desde 2003, enfermeras, médicos, farmacéuticos… son los eslabones sólidos de la cadena asistencial que conforman la atención primaria, la asistencia hospitalaria, las oficinas de farmacia, los servicios sociales… y que debe funcionar de forma plenamente coordinada, como un único elemento, para alcanzar el principal objetivo del Sistema Nacional de Salud, que es la consolidación y el desarrollo de la salud y la calidad de vida de los ciudadanos».
Las necesidades en salud de los ciudadanos cada vez son más poliédricas y evolucionan al alza. El envejecimiento, la cronicidad, la pluripatología, la polimedicación, la fragilidad, la dependencia… hacen que la demanda de asistencia sea cada vez mayor y más compleja; una realidad que requiere la adaptación permanente del sistema para garantizar calidad, cohesión, equidad y seguridad en la prestación asistencial, así como la sostenibilidad y la solvencia del modelo.
Ante los nuevos desafíos como «el envejecimiento, la cronicidad, la pluripatología, la polimedicación, la fragilidad, la dependencia… hacen que la demanda de asistencia sea cada vez mayor y más compleja. Las oficinas de farmacia son en muchos casos el primer punto de contacto del ciudadano con la atención sanitaria (especialmente en zonas rurales, donde el modelo de trabajo de farmacia comunitaria funciona especialmente bien) y son escenarios representativos en ámbitos como la continuidad de los tratamientos, el acceso a los fármacos, la colaboración en programas de información/formación, vacunación, prevención…»
El PSOE se opone con rotundidad
Por su parte el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es mucho más claro al respecto, se opone a la medida, y destaca el papel de la enfermería en la sanidad pública. «Estamos totalmente en desacuerdo. Las farmacias tienen sus funciones que quedan muy claras y la enfermería y los médicos comunitarios tienen la función de atender a los pacientes en el primer nivel. Las farmacias -aseguran- son establecimientos sanitarios privados, aunque sean de interés público. Las farmacias comunitarias que se plantean son establecimientos farmacéuticos que intentan expandirse como negocio, prestando asistencia a pacientes tanto en la oficina de farmacia como en el domicilio. Esta propuesta NO tiene ningún respaldo legislativo. Las farmacias están sujetas a la legislación estatal, y son las Comunidades Autónomas las que dan las licencias y tienen el régimen sancionador».
«Un cambio de funciones prestando asistencia es un cambio sustancial de lo que puede hacer la oficina de farmacia actual -añaden fuentes del PSOE- . Los cambios en funciones y competencias en las oficinas del farmacéutico o la farmacéutica, afecta de lleno a la legislación, que es regulada por el Ministerio. Esta labor asistencial de primer nivel (la atención comunitaria) es una serie de funciones que ya se están realizando por parte de la enfermería y médicos comunitarios, que tienen que aprobar una oposición y tiene que hacer un MIR, dos años de Enfermería y cuatro años, los médicos. Parece que planteen la privatización de un servicio que ya es prestado por profesionales de la atención comunitaria. Sobre todo porque esa atención se quiere facturar a las arcas públicas».
La Ley de Farmacia de Madrid
El partido de Albert Rivera cree que «las normas que regulan las competencias de nuestros profesionales sanitarios son del siglo XX y necesitan ser actualizadas. Los retos a los que se enfrentaba entonces nuestro sistema no son los mismos que los actuales. Nuevos problemas como aumento de la población envejecida, mayor número de dependientes o zonas muy amplias con despoblación son retos a los que debemos adaptar nuestro sistema y a nuestros profesionales. Es importante revisar la Ley de ordenación de profesiones sanitarias con todos los colectivos, de manera conjunta, para adaptar las competencias de nuestros profesionales al siglo XXI. En el tema concreto de la farmacia, ese fue uno de los puntos conflictivos de la Ley de Madrid. Finalmente Enfermería y Farmacia llegaron a un acuerdo».
Intromisión en las competencias de enfermería
Vox, la formación que encabeza Santiago Abascal, se muestra rotundo frente a la mal llamada farmacia comunitaria. «La farmacia comunitaria es una intromisión en las competencias de enfermería y medicina y una ofensa a millones de profesionales que llevan miles de años ejerciendo su labor de atención, cuidado y sanación de los enfermos incluyendo la prescripción de fármacos y su administración individualizada, como no podría ser de otro modo».
Según alegan fuentes de la formación, «los farmacéuticos alegan vocación de servicio a la comunidad y pacientes que necesitan los medicamentos con seguridad, calidad y eficacia, garantizar, tras una evaluación individual, que los pacientes reciban y utilicen los medicamentos de forma adecuada a sus necesidades y en las dosis precisas según sus requerimientos individuales… De todo lo cual podría desprenderse una sencilla reflexión: Que los farmacéuticos opinan que quienes hasta ahora ejercían esa labor lo hacían de forma” insegura, ineficaz y sin calidad.” ¿Según ellos las enfermeras no sabemos hacer nuestro trabajo? ¿Y creen que los médicos españoles de pronto han olvidado el Vademecum y ya no saben qué medicamentos recetar a cada enfermo ni discernir sobre su posología?», concluyen desde el partido que aspira el próximo domingo a entrar con fuerza en el espectro parlamentario.
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