ÁNGEL M. GREGORIS.- Casi 100.000 casos registrados en 60 países del mundo son las cifras actuales de afectados por el nuevo coronavirus COVID-19. Unas cifras que, lejos de remitir, no dejan de aumentar hora tras hora y día tras día y que está causando ya una de las mayores alarmas sanitarias de los últimos tiempos. Desabastecimiento de mascarillas y gel hidroalcohólico en farmacias e incluso hospitales han creado un pánico entre la población que no ayudan en absoluto a acabar con el nuevo coronavirus. La Organización Mundial de la Salud ha elevado el riesgo a “muy alto” y son decenas de países los que han tomado medidas drásticas como eliminar eventos multitudinarios e, incluso, cerrar alguna frontera.

En España ya se superan los 100 casos, alguno de ellos con un pronóstico grave. Desde el Ministerio de Sanidad trabajan incansablemente desde hace semanas para tomar las medidas oportunas para frenar este virus desconocido. Así lo ha asegurado esta misma mañana Pilar Aparicio, directora general de Salud Pública, Calidad e Innovación, durante un foro de debate organizado por la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), que ha contado con numerosos expertos y buscaba poner en contexto toda esta crisis internacional a la que se enfrentan los gobiernos. “Nuestro principal objetivo es lograr que no se instale entre nosotros. Estamos trabajando desde el primer día, cuando conocimos la alerta sanitaria, coordinadamente con todas las comunidades y con las autoridades internacionales. Lo que se está haciendo es esa fase de detección precoz de los casos para poder hacer tanto el tratamiento adecuado a esas personas como el estudio de contactos y poder tener limitada esa difusión del virus”, ha puntualizado Aparicio.

Asimismo, ha querido poner en valor el esfuerzo del Ministerio para “cuidar a nuestros profesionales y que puedan seguir atendiendo al 100% a todas las personas que lo necesiten”. Y dentro de estas medidas, aplaude la cancelación de congresos y reuniones masivos de profesionales, imprescindibles para que el sistema funcione.

Guadalupe Fontán, enfermera del Consejo General de Enfermería y coordinadora de enfermería del grupo de expertos de actuación ante el Coronavirus del Ministerio de Sanidad, ha explicado que ellas tienen una doble vertiente en el sistema, la parte asistencial y la de promoción de la salud. “Las enfermeras, por la cantidad de ámbitos donde podemos ejercer nuestra profesión, somos un pilar fundamental, por una parte, en la prevención de la transmisión y, por otra, a nivel asistencial porque estamos en todos los centros sanitarios presentes a la hora de poder recibir a estos pacientes, tratarlos y ofrecer los cuidados que necesiten. Estamos preparadas para ello porque hemos tratado microorganismos como este en otras ocasiones”, ha resaltado.

Por su parte, Cristiana Salvi, directora de Relaciones Públicas del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS en Europa, ha puesto de manifiesto la necesidad de atarcar a los rumores e informaciones que se están difundiendo, “que pueden ser muy peligrosas”.

En este sentido, no sólo en España, sino en el resto del mundo, la alarma social ha tenido como resultado un desabastecimiento enorme de mascarillas, que ha dejado las farmacias sin existencias y, lo que es peor, también a los hospitales, situación que pone en grave peligro a los profesionales, pero también a los pacientes que necesitan estas mascarillas. “Es imprescindible que las enfermeras podamos tener acceso a los materiales que necesitamos y, por eso, tenemos que hacer un buen uso de ellos. Tenemos que deshacer el error que ha corrido entre la población de que las mascarillas protegen. Hay que ofrecérselo a los pacientes con sintomatología para evitar la dispersión; también deben utilizarlas aquellas personas muy vulnerables que las necesiten no sólo en esta situación, y los profesionales sanitarios”, ha explicado Fontán.

Por su parte, José Jonay Ojeda, miembro junta directiva de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas), ha recalcado que donde hay que hacer más énfasis es en las medidas que la población puede llevar a cabo para prevenir la difusión del coronavirus, así como pedirles que utilicen información rigurosa y veraz a la hora de tomar decisiones.

Entre las medidas preventivas, Fontán ha puesto el foco en un buen lavado de manos con agua y jabón o con gel hidroalcohólico; la higiene respiratoria, proteger la nariz cuando se tose o estornuda con pañuelos o la parte interior del codo, y evitar llevarse las manos a ojos, boca y mucosa.

Expertos, investigadores y científicos de todo el mundo trabajan a contrarreloj para encontrar un tratamiento o cura para esta enfermedad, que todavía no se sabe de todo cómo puede evolucionar en un futuro. “Todos los grupos que tienen un sistema para utilizar en vacunas con virus parecidos a este ahora mismo están desarrollando una vacuna para el coronavirus. Habrá muchos candidatos en muy poco tiempo y los más prometedores serán los que se empiecen a probar, pero habrá que ver cuáles son los que mejor funcionan y todo ese proceso en el mejor de los casos va a llevar hasta un año”, ha comentado Juan Ayllón, director del Área de Medicina Preventiva y Salud Pública Universidad de Burgos.

Para él, “la pandemia del pánico ya está hecha, pero ahora hay que evaluar el problema socioeconómico al que nos enfrentamos”. “El impacto que va a tener esto, que luego repercutirá también en la sanidad y en la salud de la sociedad. Ese impacto ya está hecho, pero ahora vamos a tener que reflexionar mucho para que la próxima pandemia, brote, epidemia no nos vuelva a hacer lo mismo”, ha concluido.