IVÁN ÁLVAREZ.- Este domingo, 22 de marzo, se celebra el Día Internacional del Agua, un derecho humano reconocido en 2010 por Naciones Unidas, que este año se centra en “Agua y Desarrollo Sostenible”. Un reconocimiento que ha situado al agua y al saneamiento en una posición prioritaria en las agendas de desarrollo y que se une a su carácter transversal, con una gran influencia en la salud —principalmente materno-infantil—, la transmisión de enfermedades hídricas (paludismo, dengue, cólera, esquistosomiasis, etc.), la equidad de género, el desarrollo económico, la educación y el medio ambiente.

Según la ONU, en 2013 se había logrado que un 89% de la población mundial tuviese acceso a fuentes de agua potable —frente al 76% de 1990—y que 1.900 millones de personas accediesen a algún tipo de saneamiento. Sin embargo, el gran reto sigue siendo el entorno rural de los países empobrecidos, donde vive el 84%de la población sin acceso a una fuente de agua segura.

El Derecho al Agua y al Saneamiento fue reconocido por la ONU en 2010″

Este año el enfoque se centra en la gestión de los recursos hídricos, con especial atención a la gestión de aguas residuales, ya que actualmente el 80% de las mismas no se tratan, contaminando el entorno, los acuíferos y convirtiéndose en un vector de propagación de enfermedades. A esto se suman las previsiones sobre el aumento de la demanda mundial de agua, que en 2050 habrá crecido un 55%, aunque ya para el 2025, dos tercios de la población vivirán en países con problemas de agua.objetivos mileno

En lo que respecta a los países desarrollados, el derecho al agua se encuentra  amenazado por iniciativas privatizadoras que ponen en riesgo la accesibilidad, la asequibilidad y la suficiencia, transforman-do un derecho humano en un negocio.

Prioridades

Para Enfermeras Para el Mundo, la ONG del Consejo General de Enfermería, que está presidido por Máximo González Jurado, el Derecho al Agua y al Saneamiento es un componente esencial en el diseño e implementación de los proyectos que se ejecutan en América Latina y África. Marruecos, Mauritania y Senegal son países con un grave estrés hídrico por la carestía de lluvias, sumado a la escasa inversión en infraestructuras y a una ineficiente gestión de los recursos hídricos disponibles. Con similares problemas, Bolivia cuenta con 2,5 millones de ciudadanos que no tienen acceso a agua potable y 5 millones carecen de servicios de saneamiento, situación que puede verse agravada por la desaparición de los glaciares en los Andes y la consiguiente desecación de fuentes de agua.

Los desastres naturales relacionados con el agua provocan el 95% de los afectados»

Enfermeras Para el Mundo, junto con sus socios locales en el terreno, trabaja en la consecución del derecho al agua y al saneamiento, un compromiso en pro del desarrollo sostenible, de la dignidad de los pueblos y por los Derechos Humanos en todo el mundo.

¿Qué garantiza el derecho al agua?

Para el efectivo cumplimiento del Derecho Humano al Agua y el Saneamiento, deben garantizarse una serie de aspectos:

  • Accesible: A menos de 1.000 m y no suponer más de 30 minutos de tiempo.
  • Asequible: Todo el mundo debe poder consumir el agua que necesita.
  • Aceptable: Olor, color y sabor aceptables por la población.
  • Saludable: El agua suministrada debe estar tratada y libre de microorganismos.
  • Suficiente: El suministro debe ser continuo y suficiente para uso personal y doméstico. Se calcula una cifra de 50 litros/persona/día.

El problema en datos

Algunos datos son reveladores de la envergadura del problema: Cerca de 884 millones de personas en todo el mundo carecen de acceso a fuentes de agua potable; 1,8 millones de niños y niñas menores de 5 años mueren cada año debido a la mala calidad del agua; las mujeres y las niñas, generalmente las encargadas de ir a recoger agua, tienen que recorrer una distancia media de 6 km, provocando abandono escolar y un aumento del riesgo de sufrir una agresión sexual.