JULIA TRIVIÑO.- La Unidad de Gestión Clínica de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Universitario de Valme ha implantado ‘El alta asistida’. Este programa, desarrollado por los profesionales de enfermería, apuesta por la seguridad y la humanización de los cuidados en pacientes especialmente vulnerables, como consecuencia del estado crítico de su enfermedad.

Manuel Montes es el actual supervisor de la Unidad, diplomado en Enfermería por la Escuela Universitaria de Ciencias de la Salud de Sevilla desde 1993, trabaja  desde octubre de 1996 en la Unidad de Cuidados Intensivos del AGS Sur de Sevilla, antes  Hospital Militar de Sevilla hasta su integración.

¿Cómo surge la idea de poner en marcha el programa ‘alta asistida’?

De entre las múltiples características que diferencian una unidad de intensivos con respecto a otros servicios es la de no dejar nunca al paciente solo. Cuando nuestros pacientes son trasladados fuera de la unidad para la realización de pruebas diagnósticas que no pueden realizarse en el box o bien tienen que pasar por el quirófano, siempre van acompañados del enfermero responsable y a veces, dependiendo del estado del paciente de un médico. Esta circunstancia no se da cuando ha superado su proceso y es dado de alta en la unidad, que es posiblemente el momento donde más información podemos transmitir de nuestro paciente. Si además se da la circunstancia de que el ingreso ha sido prolongado pueden aparecer cuadros de dependencia del servicio, ansiedad, miedo etc., que intentaremos con este nuevo programa no aparezcan en las primeras horas/días transmitiendo tanto al paciente como a la familia la sensación objetiva de que su proceso de recuperación sigue una continuidad asistencial.

¿Cuál es su principal objetivo?

Este proyecto se plantea para prevenir y/o disminuir la ansiedad que puedan presentar estos pacientes, el miedo a no tener una atención rápida, que no aparezca la sensación de desatención y que tengan la seguridad de que la continuidad de los cuidados que se les está brindando queda asegurada. Se hace extensible a la familia y/o cuidador principal.

A la vez queremos mejorar la comunicación entre los cuidados intensivos y las áreas hospitalarias de destino.

MEJORAS DEL TRASLADO INTRAHOSPITALARIO

¿Qué papel juega enfermería en el traslado intrahospitalario?

Creo que es básico, en nuestro caso siempre acompañamos a los pacientes en los traslados y ahora también a planta. Me atrevería a decir incluso que sin nuestra intervención igualmente estos no se podrían realizar. Los servicios especiales tenemos asumido este cometido, quizá donde haya que fomentarlo más es a nivel de las unidades de hospitalización, que tienen la dificultad de contar con menos recursos humanos que lo hacen más complicado.

¿Qué mejoras supone para el paciente? ¿Y para los profesionales?

Cuando la recuperación se alarga en el tiempo, podemos encontrarnos con el fenómeno de la dependencia del equipo, la seguridad de sentirse vigilado, protegido y con el convencimiento de que si algo va mal, la respuesta será rápida y efectiva. Este sentimiento de dependencia es directamente proporcional al tiempo de ingreso. Queremos mejorar básicamente dos aspectos: aportar confianza al paciente y disminuir la ansiedad que pueda generar el pasar de un lugar altamente tecnificado a una unidad convencional, donde no va a sentirse tan arropado y que no aparezca el miedo (tanto en el paciente como su familiar/cuidador) que han pasado de una dependencia casi total a tener una mayor independencia.

Por otra parte y no menos importante es hacer la unidad un poco más humana, la corriente UCI con H (HUCI) trata recomendaciones como los horarios flexibles en la visitas, unidades de puertas abiertas (este objetivo todavía lejos), inclusión del familiar/cuidador principal en los cuidados del paciente, reducir la contaminación ambiental, que las UCIs sean espacios menos agresivos y que el paciente como tal sea el centro de atención de todo el personal de estos servicios.

Para los profesionales de la unidad supone la satisfacción del trabajo bien hecho, para las unidades de destino les va a aportar información sobre el paciente y la toma de contacto directo con él, también va a disminuir la preocupación que puede generarles un paciente de UCI. Para ambos el intercambio de información es fundamental.

EL INGRESO EN UCI

¿Qué tipo de alteraciones psicológicas y emocionales suelen producirse durante el ingreso en UCI? ¿Y en los primeros días post-UCI?

El ingreso en UCI constituye, en la mayoría de los casos, un sufrimiento no sólo para el paciente sino también para la familia. Ansiedad, miedo y soledad son las principales alteraciones que en líneas generales presentan nuestros pacientes. La manifestación de las mismas va a depender de diferentes factores, que de forma individualizada, hayan provocado el ingreso. En situaciones imprevistas y urgentes suelen presentarse la ansiedad y el miedo a lo que sucederá. La soledad quizá no se presente en un primer momento pero estará presente conforme vayan pasando los días.

Si el ingreso es prolongado para estos pacientes, el abandonar esta zona de confort – su zona de confort – puede suponer un estrés añadido, un estado de ansiedad que es extensible también al familiar/cuidador. Ahora tienen que adaptarse a un nuevo medio donde va a cambiar todo a lo que estaban acostumbrados: el entorno, el personal, los horarios, etc., (estrés de recolocación).

¿Qué pacientes pueden verse beneficiados por el programa?

Hemos establecido como pacientes potencialmente susceptibles de beneficiarse de este programa a aquéllos con un ingreso prolongado. ¿Cuándo consideramos que el ingreso es prolongado? No existe un consenso definido en este punto, para algunos autores una estancia superior a las 72 horas ya era considerada prolongada, por el contrario otros autores la sitúan a partir de los 30 días, la mayoría de estudios la fijan alrededor de los 14 días. Nosotros lo hemos establecido en 20 días. Este es nuestro punto de partida, no obstante, pacientes con un menor número de días de ingreso también se beneficiarán del programa cuando lo consideremos necesario.

HUMANIZACIÓN DE LOS CUIDADOS

¿Qué importancia cree que tiene la humanización de los cuidados en la labor asistencial?

Todos queremos que nos atiendan de forma correcta y educada cuando realizamos cualquier actividad, vamos a un centro comercial, etc. Cuando hablamos de salud creo que debe ser prioritario un trato, no solo profesional, sino también cercano y humano, ambos términos no están reñidos. Las personas a quienes atendemos en nuestra actividad diaria, y digo personas y no pacientes, tienen que tener la percepción de que nos ponemos en su lugar, que entendemos por los momentos que está pasando, si conseguimos eso, habremos influido de forma positiva en su curación. Enfermería debe tener en este aspecto un peso importante y proponer iniciativas, sobre todo, si tenemos en cuenta que esté donde esté desarrollando su labor profesional va a ser el profesional que mayor tiempo va a estar a su lado. El proyecto H-UCI tiene diferentes líneas de trabajo e investigación dirigidas a mejorar este apartado.

¿Qué pasos se han dado en este tema en los últimos años?

Actualmente los intensivos siguen siendo unidades cerradas, es cierto que poco a poco se están abriendo, aunque todavía falta mucho por hacer. Todas las unidades no son iguales, las diferencian las patologías que atienden, el número de camas, la privacidad de los pacientes, etc. Por tanto creo que cada una tiene que enfocar este tema de forma individualizada e ir adoptando las medidas que mejor se adapten a ellas. Estoy seguro de que se hacen muchas cosas dirigidas a que los pacientes se encuentren lo más confortables y menos aislados de su entorno posible, aunque no somos capaces de formalizarlo y siempre se deja en el criterio de los profesionales que se encuentren en la unidad. Sin duda el flexibilizar las visitas intentándolas adaptar a las familias y no a nuestras tareas debería ser una de las primeras medidas. Por el momento hay UCIs que las han ampliado, como es el caso de mi servicio. Incluir a la familia en los cuidados básicos, e incluso en algunas técnicas que pueden beneficiar al paciente, como es el destete de la ventilación mecánica. Pero ya digo, son planteamientos que si se hacen son en unidades aisladas.

¿Se aplica en todos los ámbitos y por todos los estamentos de la sanidad de igual forma?

No, son muchos los profesionales que trabajamos en sanidad en diferentes funciones. A medida que éstas se alejan del contacto directo, se hace menos empática con el paciente. Dicho esto siempre nos encontraremos con estupendos profesionales que nos harán ver que el sistema a veces no es tan impersonal.