ALICIA ALMENDROS.– El estado de alarma y la situación de aislamiento afecta a toda la población, pero las mujeres maltratadas se preguntan ahora, ¿qué va a pasar con ellas al estar conviviendo con sus maltratadores las 24 horas del día? Ana Bella Estévez, presidenta de la fundación que lleva su nombre, explica que estos días “estamos desbordadas. Las mujeres nos llaman con muchas dudas; ¿qué pasa con la custodia compartida cada dos días si no se puede salir de casa?, ¿cómo se hace la entrega y recogida de menores?… Además, hay que recordar que muchas están viviendo en casa con sus maltratadores y ahora no, no las podemos llamar”. Y es que, aunque los juzgados de violencia género siguen abiertos, los procesos civiles somo separaciones y medidas provisionales se han suspendido.
Normalmente, desde la fundación contactan con ella, salen a tomar un café, las acompañan al trabajo “y hacemos estrategias para conseguir que se separe del agresor. Pero eso ahora no se puede hacer. Estamos recibiendo mensajes y llamadas de muchas mujeres y de sus hijos, y desde que aquí quiero decirles a todas que el 016 sigue funcionando y la policía y guardia civil recogen anuncias, así que las animo a que llamen y denuncien. Además, las casas de acogida están abiertas también y aquí estamos todos para ayudarlas”, resalta Ana Bella.
Hay que recordar, que la violencia de género es una pandemia global que podemos poner fin entre todos. “Hago un llamamiento a la solidaridad de la ciudadanía. Porque ahora que estamos todos confinados en casa podemos escuchar sospechas de posibles maltratos. Pedimos que avisen a la policía y que igual que llamamos la atención si vemos a alguien en la calle paseando, saltándose las órdenes del estado de alarma, levantemos el teléfono y denunciemos si vemos cualquier posible maltrato físico o psicológico”, comenta Ana Bella. “Además, pedimos a las enfermeras que estén atentas y avisen, aunque ahora sea más difícil por la carga de trabajo que tienen”, añade. “Me gustaría que este estado de alarma sea una señal para que las mujeres pidan ayuda y vean que no están solas y que no tienen por qué están confinadas con su maltratador”, finaliza.