DAVID RUIPÉREZ.- Un enfermero catalán que actualmente trabaja como investigador en el Complejo Biocruces de Bilbao es el impulsor de un nuevo sistema para valorar el dolor que padece un neonato ingresado en la UCI gracias al aprendizaje automático y la inteligencia artificial. Este desarrollo le ha valido a su creador, Josep Oriol Casanovas, el Premio Esteve en la categoría de Enfermería, fallado hace apenas unos días en Santiago de Compostela.

APANICU 1.0, como se ha bautizado al sistema, capta los movimientos del neonato y las constantes vitales del monitor y mediante el aprendizaje automático emite una puntuación del dolor que se muestra en el monitor. El prototipo permite la valoración automática, la monitorización continua del dolor y el registro de alarmas para mejorar el cuidado en beneficio del neonato.La prematuridad es la principal causa de ingresos hospitalarios en Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales. El ingreso en estas unidades conlleva la realización de procedimientos dolorosos que pueden tener una repercusión posterior en los niños como, por ejemplo, una mayor percepción del dolor por parte del bebé y así como alteración de la conducta u otro tipo de reacciones.

La medición del dolor en un neonato es muy difícil ya que se podría confundir con sensación de incomodidad, hambre, necesidad de compañía… Sin embargo, tal y como establece el Código Ético de la Enfermería Europea las enfermeras/os deben prestar los cuidados necesarios para aliviar el dolor y el sufrimiento tanto físico como psíquico o debido al entorno.

“Cuando el neonato sufre dolor hay alteración de parámetros conductuales y los fisiológicos, estos últimos son número y podemos -objetivamente- valorarlos, pero, ¿cómo evaluar los otros? Y aquí es donde entra en juego la ingeniería informática y la inteligencia artificial con el aprendizaje automático. Es decir, de unas alteraciones del movimiento del neonato, del llanto del neonato, del fruncimiento del ceño, etc, la inteligencia artificial convierte estos parámetros conductuales en valores numéricos y luego combina los valores de los parámetros conductuales y los fiosiológicos emitiendo una valoración del dolor que puede ser observable en el monitor de constantes vitales”, explica a diarioenfermero.es Josep Oriol Casanovas.

“Antes se creía que el neonato, por la inmadurez del sistema nervioso, -añade el enfermero- no puede padecer dolor. Sin embargo, es lo contrario, percibe más dolor porque no tiene mecanismos inhibidores del mismo”.

El software se probó en el hospital Juan XXXIII de Tarragona, donde se ha validado y llevado a cabo pruebas piloto. Incluso Casanovas cree que en un futuro podría aplicarse al dolor en el adulto. Por su parte, el presidente del Consejo General de Enfermería y presidente del Jurado de los Premios Esteve, asegura que “este estudio me parece un campo de investigación muy interesante, incluso era excéptico al principio, pero va a suponer un hito profesional y esperamos que se ponga en marcha y se publique en las más importantes revistas científicas del mundo”.