RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- Cuando se habla de salud mental, el grueso de la población e incluso muchos profesionales piensan rápidamente en psiquiatras y psicólogos, olvidando la importancia de otros colectivos también implicados y cuyo peso en el manejo de estos pacientes es fundamental, destacando aquí la enfermería especialista en salud mental. Es cierto que su peso ha ido creciendo con el tiempo y ha ido ganando terreno para estar no sólo ya en los Centros de Salud Mental sino también en el ámbito comunitario. De esta forma, las enfermeras especialistas han ampliado su campo de acción, antes restringido a pacientes y ahora extensivo a población sana y por ende orientado a la prevención y la detección precoz. Aquí el espectro es muy amplio y abarca todas las edades de la vida, desde las personas mayores a los más pequeños, dos grupos estos a los que durante mucho tiempo no se ha prestado la debida atención desde un punto de vista emocional, reconoce Mercedes Peña Granger, jefe de unidad de Enfermería de Salud Mental de Adultos del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.
Es un hecho que desde que viviéramos la pandemia se ha incrementado el número de problemas de salud mental y preocupa, y mucho, su aparición, elevada prevalencia y gravedad a edades cada vez más tempranas.
En este contexto, Pilar Caminero Luna, coordinadora de Enfermería de Salud Mental en la Oficina Regional del Servicio Madrileño de Salud, sostiene que “somos las enfermeras las que debemos liderar estos cuidados y cambiar nuestra forma de cuidar al igual que hemos cambiado nuestra forma de vivir y de pensar”. Las enfermeras, argumenta, “somos los profesionales que estamos más cerca del paciente, estamos en contacto con las familias, con otros servicios sanitarios, hacemos interconsultas y somos gestoras de cuidados. Nuestro papel en salud mental es clave”.
Con el profesorado
En el ámbito escolar, apunta Mercedes Peña, las enfermeras de salud mental son esenciales porque actualmente “a los profesores se les está pidiendo que tengan una serie de competencias que desconocen y es ahí donde nosotras podemos intervenir para asesorarles, para que sepan cuándo el desarrollo evolutivo de un niño no es el adecuado y hay que intervenir”. Además, la enfermería en salud mental facilita también la educación inclusiva: “hay que pensar en aquellos niños que tienen altas capacidades, bajas y normales y dirigir su inclusión y eso hay que hacerlo desde la salud mental, de forma integrada con los profesores y los padres”. En este sentido, señala, ya hay programas para acercar esta especialidad al entorno escolar.
Alcoholismo
Ambas enfermeras forman parte de la Oficina Regional de Salud Mental de la Comunidad de Madrid y son parte de grupo de trabajo que se reúne periódicamente en distintas sedes. En esta ocasión, el lugar elegido ha sido la sede del Consejo General de Enfermería. El objetivo de estos encuentros es el de “buscar los temas que realmente interesan a los ciudadanos y que no siempre son aquellos de los que más se habla”, señala Mercedes Granger y pone como ejemplo “el alcoholismo, un problema del que antes se hablaba mucho y ahora no tanto. Sin embargo, no ha desaparecido, los pacientes siguen estando ahí y sus problemas también”.
Salud mental enfermera
También tratan de otros asuntos como la salud mental de las propias enfermeras y es que, como apunta Pilar Caminero, muchas de ellas están sufriendo “estrés postraumático -tras la pandemia-, burn out y todo tipo de ideación suicida”. Sin embargo, reconoce que la pandemia también ha traído algo positivo como ha sido “el liderazgo que estamos desarrollando las enfermeras y la visibilidad de nuestra profesión. Ahora, la sociedad nos conoce mejor y nos valora más”.