IRENE BALLESTEROS.- En España se necesitan 15.500 enfermeras y 5.000 médicos en Atención Primaria (AP). Un ámbito en el que, a pesar de sus problemáticas, “resuelve las demandas de los pacientes en el 90% de las ocasiones”, apunta la monografía El ecosistema de la Atención Primaria, desarrollada por la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). Un documento que expone algunas de las fortalezas, pero también de las deficiencias y necesidades que existen en el primer nivel asistencial de nuestro país, a la vez que propone soluciones reales y en el que diferentes profesionales sanitarios han reflexionado de forma conjunta. La monografía no deja de ser una propuesta de reflexión compartida de cara a la mejora y desarrollo de la AP.
La Atención Primaria española está considerada como un modelo a seguir. Un ejemplo de buenas prácticas a ojos ajenos, en especial en el extranjero. Sin embargo, los profesionales que la sustentan mantienen opiniones muy diversas. Por ello, han reunido sus experiencias y las han plasmado en una monografía -de más de un centenar de páginas- donde han considerado otras prácticas y modelos organizativos también como válidos para mejorar nuestro sistema. “A pesar de que hay un marco regulatorio establecido, siempre se necesita ese enfoque compartido por diferentes disciplinas profesionales, cercano a la práctica y también a la comunidad”, expresa Vicente Gea, enfermero, secretario de la junta directiva de la SESPAS y decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), quien ha conocido el itinerario de la monografía desde sus inicios y hasta que vio la luz a finales del pasado 2023.
Para su desarrollo, “se tomó como marco de referencia a la SESPAS, una sociedad de sociedades federadas, formada por más de 5.000 integrantes representados por sus respectivas sociedades, donde hay economistas, juristas, farmacéuticos, médicos, enfermeras… En definitiva, un gran abanico de profesionales que trabajan para el desarrollo de nuestro sistema de salud. Un entorno muy rico en el que se reúnen periódicamente para abordar los temas presentes y futuros que afectan a la salud pública y de Atención Primaria”, sigue Gea. Un grupo donde las enfermeras, a través de la Asociación de Enfermería Comunitaria (AEC), han participado de forma activa en varios artículos y capítulos, creando opinión y visibilidad.
¿Qué le pasa a la Atención Primaria?
Sobre los problemas y el estado de la Atención Primaria mencionados en esta monografía, el secretario de la junta directiva de la SESPAS apunta a dos ámbitos: el profesional y el modelo establecido.
A nivel del modelo, en Atención Primaria “hemos conseguido muchos logros históricos, el modelo es más multidisciplinar que nunca, ha permitido red
ucir un poco la sobremedicalización de los problemas de salud, ahora se contempla un poco más la promoción de la salud, la atención comunitaria, la participación ciudadana… Pero, siendo esto cierto, es verdad que la Atención Primaria ha sufrido una desatención enorme, a pesar de la voluntad de muchos profesionales, gestores y tomadores de decisiones que han trabajado porque este servicio sea la puerta de entrada al sistema sanitario y el pilar de la atención a lo largo de la vida de las personas; es decir que no sea sólo una puerta de entrada, sino al máximo un ámbito de resolución”, explica.
Sin embargo, la realidad es más compleja, “bien tozuda, y nos encontramos con que económicamente se ha desinvertido en Atención Primaria, que hay desprestigio, tanto en este servicio como en sus profesionales y eso ha traído consigo también la desmotivación entre el personal”, sigue. Lo que verdaderamente desgrana esta reflexión es la existencia de una contradicción en nuestros representantes, los políticos, entre lo que dicen y lo que hacen. Hechos que no guardan relación y que, lejos de cuestionar la Atención Primaria -ese servicio del que nadie se atreve a opinar creyéndolo perfecto, lo que se ha hecho en el pasado es reducir la inversión otorgándole, a cada momento, menos recursos. «Es fundamental comprender que la comunicación va más allá de las palabras; reflexionar sobre las necesidades reales de la población y los recursos necesarios de los profesionales para poder cubrir esas necesidades es a día de hoy necesario y no demorable” apunta Mª Luisa Ruiz Miralles, profesora de la Universidad de Alicante y enfermera gestora de casos que ha colaborado en uno de los capítulos de esta monografía.
Profesionales
Más allá de la pasividad institucional, de la precaria situación que atraviesa este nivel de atención sanitaria o del desprestigio que está sufriendo, toda esta situación lleva a mirar al personal sanitario. Un equipo de profesionales implicados, formados, con competencias determinadas que están viendo cómo su situación cada vez está más al límite. Escaso reconocimiento social, salarios poco competitivos, burnout o falta de profesionales son algunos de los temas que se han mencionado en este documento.
“Es inevitable que, cuando hablamos de la Atención Primaria, surjan cuestiones que impactan de forma directa en cuestiones profesionales. Por supuesto, han salido a la palestra los problemas de las enfermeras en un foro donde se ha destacado el escaso reconocimiento social, institucional o mediático, la precariedad laboral y de los salarios poco competitivos o la falta escandalosa de enfermeras. En el capítulo donde hemos participado de forma más activa, el sociosanitario, hemos visto que las enfermeras son claves en la Atención Primaria y que, existiendo una especialidad concreta para ellas en este ámbito, no es aceptable la sobrecarga en forma de ratios-pacientes, la carga de trabajo, los bajos salarios o la fuga de profesionales. También hemos destacado el burnout, el alto índice de rotación que afecta a la seguridad de las personas o la calidad de la atención, que se está viendo mermada. Es necesario hablar de todo esto para ver cómo tienen que cambiar la organización y los roles”, argumenta Gea.
En esta monografía también se ha prestado especial atención a las competencias enfermeras, que se enmarcan en una legislación que no les permite avanzar. “No podemos tolerar que una enfermera con la especialidad de Familiar y Comunitaria esté trabajando en hospitales o en Urgencias; deben de trabajar en Atención Primaria. Si queremos que esto funcione, y hay especialistas, primero tenemos que tener a esas enfermeras cualificadas y preparadas trabajando en Atención Primaria, no en un hospital”, expresa la enfermera gestora de casos.
Sin novedad en el frente
A pesar de tener muchas de las claves para mejorar la Atención Primaria española, lo cierto es que ésta sigue en el mismo punto. Sin avanzar, sin cambios.
Los 16 investigadores que han participado en el desarrollo de esta monografía apuntan a la poca voluntad. “El hecho de que cambien los modelos de competencias de las enfermeras es algo sobre lo que existe debate y se aprecia resistencia a que tengan más autonomía, mayor capacidad resolutiva, porque esto afecta a muchas parcelas y aspectos importantes de la asistencia sanitaria y eso provoca una reorganización completa de lo que hacen las enfermeras, pero también otros profesionales; esto genera un cambio de modelo, una gran modificación que nadie se ha atrevido a hacer de momento. A nivel de modelo, la Atención Primaria vive de la leyenda de que se presta una asistencia excelente, envidiada en otros países, pero muchas veces lo que existe es resistencia a una evolución y cambio que permitiría mejorar más aún esa asistencia, eficientar la Atención Primaria y hacerla más ágil”, asume Gea.
No se puede hablar de las competencias de las enfermeras y de un cambio de modelo sin tener en cuenta los avances en torno a esta profesión. Académicamente, “las enfermeras del 2023 no son las enfermeras de 1973. Ya han entrado en la universidad, se han convertido en Grado, están mucho más preparadas, se profesionalizan con másteres, acceden a terceros ciclos, son doctoras, investigan, están especializadas… Sin embargo, laboralmente seguimos encorsetadas y en la asistencia cuesta mucho cambiar porque es la ley y la normativa legal quien nos limita”, afirma el enfermero y secretario de la junta directiva de la SESPAS.
La nueva Atención Primaria: “ágil, resolutiva y comunitaria”
Para paliar la desinversión, el desprestigio y la desmotivación que rodean a la Atención Primaria, estos investigadores plantean “dedicar un aumento de recursos materiales y humanos, optimizar lo que se tiene y lo que se incorpora, teniendo en cuenta que no se trata solo de tener más, sino de aprovechar mejor todos los recursos para multiplicar su eficiencia. Y, por último, evolucionar y reorganizar las competencias, no solo de las enfermeras, sino elaborar un remapeo de las competencias de todos los profesionales de la Atención Primaria, para que cada profesional contribuya a la mejora en aquello que es competente, y no sólo en aquello que la actual ley le permite. Competencia y legislación, pues, no van de la mano actualmente”, subraya el enfermero investigador.
Por su parte, la enfermera gestora de casos, Ruiz Miralles, especifica que “para poder brindar la atención necesaria a los colectivos vulnerables, es crucial integrar de manera efectiva lo social y lo sanitario. Debemos trabajar para integrar estos servicios y así poder garantizar que las personas y sus familias en situaciones complejas reciban la atención y los recursos que tanto necesitan. Es imperativo eliminar esta fragmentación para asegurar el bienestar de una población cada vez más vulnerable”.
Así, los expertos apuntan a una Atención Primaria “ágil, resolutiva y comunitaria, donde cada profesional de lo mejor de sí mismo, pero al mismo tiempo no perdamos de vista la salud de las personas y la atención a la familia, el grupo y la comunidad”, concluye el decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de la VIU.