ÁNGEL M. GREGORIS.- Beatriz Díez fue una de las 6.855 enfermeras que se presentaron al examen EIR 2024 el pasado 20 de enero. Hoy es la número 1 de la convocatoria y tiene por delante dos años en los que especializarse y aprender más sobre la profesión. En su caso, lo hará de matrona en Valencia.
Todavía no ha decidido el hospital porque quiere informarse bien, pero la especialidad la tiene clara. “Es cierto que me llamaban la curiosidad bastantes especialidades, pero a medida que me he ido formando, en el centro de formación, escuchando opiniones de compañeras, amigas, profesores… es cuando me entró el gusanillo. Es una profesión preciosa, diferente a lo que me he dedicado hasta ahora y me apetece un cambio, empezar de cero, volver a recuperar la ilusión de cuando te terminas de graduar. Es una rama profesional en la que puedes aportar mucho a las mujeres en muchos ámbitos de su vida”, asegura.
Camino
El camino hasta conseguir el número 1 no ha sido lo que se diría facilísimo. Beatriz reconoce que se tienen que echar muchas horas, mucho esfuerzo y dejar de lado planes que, a lo mejor, le hubiese encantado hacer. “Sabía que este era un objetivo a medio plazo y, por supuesto, merece la pena”, explica.
A finales de marzo se apuntó al centro de formación perteneciente al grupo educativo metrodora PlanEIR-metrodora y reconoce que fue una de sus grandes decisiones porque “te hacen un plan muy específico”. “Al principio iba a las clases y lo compaginaba con el trabajo a jornada completa, pero después del verano, a finales de agosto, decidí quedarme con una jornada más reducida en la UCI del Hospital de la Salud, en Valencia. Mi plan de estudios ha sido echarle muchas horas, tomártelo como una jornada de trabajo, pero estudiando, haciendo muchos test, simulacros…”, subraya.
Primera vez
Esta ha sido la primera vez que se presentaba al examen y, en parte, su decisión estuvo motivada por la sensación de “estar un poco quemados”, que ha dejado la pandemia en muchos profesionales. “Vi la especialidad como una buena solución y por eso me he esforzado tanto. Es verdad que ahora pienso en estos dos años y no en el futuro porque las enfermeras, te especialices o no, tenemos el destino determinado por los puntos de la bolsa. No sé si trabajaré en Valencia o me moveré a otro sitio, no me lo planteo”, afirma.
Eso sí, tiene un mensaje para los enfermeros y enfermeras que decidan presentarse en otras convocatorias: “No hace falta ser el número uno para que te compense el esfuerzo. Es un camino duro, pero merece la pena. Hay que prepararse y echarle horas”.