RAQUEL GONZÁLEZ.- Así lo ha puesto de manifiesto José Luis Cobos Serrano, investigador principal del Libro Blanco de la Ostomía en España, que esta mañana se ha presentado en rueda de prensa y que supone la primera radiografía de cuál es la realidad de la asistencia de los pacientes ostomizados en nuestro país.
Son muchos los pacientes que, en algún momento de su vida y tras someterse a una cirugía específica, tienen que enfrentarse al hecho de vivir ‘atados’ a una bolsa donde son evacuados sus deshechos orgánicos (orina o heces). Son personas de todas las edades, incluyendo pacientes pediátricos, que sufren patologías tan diversas como el cáncer (de colon, vejiga, recto o ano) o perforaciones (iatrogénica, de colón intestinal), diverticulitis, fístulas o enfermedades inflamatorias intestinales. Esta situación puede ser temporal o de por vida y afectar tanto a población adulta como pediátrica. En España hay más de 70.000 pacientes ostomizados y cada año se registran 16.000 casos nuevos.
La primera reacción de un paciente ostomizado suele ser la negación y la desesperación y muchos caen incluso en el aislamiento y la depresión. Sin embargo, estas personas pueden llevar una vida normal si son atendidas por un enfermero estomaterapeuta, clave durante todo el proceso: antes, durante y después de la colocación de la bolsa. En este sentido, con motivo de la presentación del Libro Blanco de la Ostomía en España, el presidente del Consejo General de Enfermería, Florentino Pérez Raya, ha destacado cómo “la intervención de la enfermera estomaterapeuta supone un cambio radical para la salud física y mental de estos pacientes. Gracias a su formación, experiencia y dedicación las personas ostomizadas pueden recuperar su autonomía y llevar una vida normal”.
Desigualdades
Desgraciadamente, “caer o no en manos de un enfermero estomaterapeuta depende en nuestro país de la suerte y de la Comunidad Autónoma en la que resida el paciente”, hacía hincapié José Luis Cobos Serrano y es que, añadía, “los datos ponen en evidencia que tanto el número de enfermeras estomaterapeutas como el de consultas especializadas en ostomía es todavía insuficiente, sobre todo en determinadas áreas geográficas”.
Por primera vez, se ha recogido el número de estas consultas en nuestro país por Comunidades Autónomas que, ajustadas por población, ofrecen el ranking de cuál es la situación en función del lugar donde se resida. Así las comunidades que presentan un mayor número de consultas en relación con el número de habitantes son: Cataluña con 0,6, y Extremadura, Comunidad Valenciana, Madrid, País Vasco y Cantabria con 0,5 consultas por cada 100.000 habitantes. A la cola, y con menos de la mitad de consultas especializadas, nos encontramos a Canarias y Baleares con 0,2 y a La Rioja, Aragón y Navarra con 0,3 consultas por cada 100.000 habitantes.
El marcaje: fundamental e insuficiente
Uno de los principales problemas que pone de manifiesto este trabajo es que en 8 de cada 10 cirugías urgentes y en 2 de cada 10 programadas no se realiza un paso fundamental: el marcaje del estoma. En aquellas Comunidades Autónomas que cuentan con menos consultas especializadas en ostomía, el número de pacientes en los que no se realiza el marcaje es aún mayor y esto es así a pesar de la evidencia científica, que muestra claramente los beneficios de su realización antes de la cirugía. Y es que, como ha subrayado Mª Teresa San Emeterio Izacelaya, estomaterapeuta y una de las coordinadoras del grupo de trabajo correspondiente a la zona Norte, “no marcar el estoma puede provocar complicaciones relacionadas precisamente con una mala ubicación como son fugas, problemas cutáneos o dificultades para ajustar adecuadamente los dispositivos, con lo que ello supone”. De esta forma, el marcaje preoperatorio del estoma se convierte en una prioridad para mejorar la vida de los pacientes, promover su independencia y reducir las tasas de complicaciones postoperatorias siendo crucial para ello contar con la figura de una enfermera estomaterapeuta.
Un mayor número de consultas especializadas y de enfermeras estomaterapeutas, concluyen los autores del Libro Blanco, permitiría incrementar el número de intervenciones, urgentes y programadas, en las que se lleva a cabo esta técnica.
Complicaciones
Desafortunadamente, el índice de complicaciones asociado a las ostomías es muy elevado y hay estudios que hablan incluso de un 96 % durante las tres primeras semanas de la cirugía, de ahí que reducir este porcentaje sea actualmente una de las prioridades en este campo.
El seguimiento periódico de las personas ostomizadas en la consulta de ostomía por personal de enfermería especializado puede prevenir los problemas cutáneos periestomales, una de las complicaciones más frecuentes tanto en el postoperatorio inmediato como tardío, y disminuir la morbilidad asociada a complicaciones potencialmente fatales como la deshidratación, la hipocalemia, la hiponatremia y la insuficiencia prerrenal.
“Todas estas complicaciones tienen un impacto brusco no sólo sobre la salud física del paciente sino también sobre su estado emocional, con lo que ello conlleva en términos de calidad de vida y es que, ante situaciones de este tipo, muchos caen en la depresión y llegan a no querer salir de casa, una situación que puede evitarse o de la que se puede salir si el paciente va de la mano una enfermera estomaterapeuta”, ha subrayado Isabel Jiménez López, estomaterapeuta y una de las coordinadoras del grupo de trabajo correspondiente a la zona Sur.
Unidos por una experiencia: el video
Con motivo de la presentación del libro blanco, Canal Enfermero ha publicado en su canal de Youtube un video que recoge el testimonio de cuatro pacientes que de forma temporal o crónica han vivido la experiencia de la ostomía. Bajo el título “Unidos por una experiencia”, este video, elaborado con la colaboración de Coloplast, pone de relieve lo importante que es para estas personas ser atendidos por un profesional, capaz de dar un giro radical a sus vidas.