REDACCIÓN.- Entre dos y cuatro millones de personas padecen incontinencia anal y seis millones urinaria en España, pero solo el 30% de los pacientes lo consulta con el personal sanitario por vergüenza o debido al estigma social. “Historias de baño” es una campaña impulsada por la Asociación de Incontinencia Anal (ASIA) y Medtronic que ve la luz con el objetivo de visibilizar una patología que afecta de forma drástica a la vida diaria de los pacientes que la sufren.
Ponerse en manos de equipos multidisciplinares para obtener un abordaje integral y un tratamiento acorde es esencial para estos pacientes, ya que esta patología no entiende de edad. Ángels, Jordi y Gloria son los pacientes con incontinencia que han dado un paso al frente para contar sus experiencias en “Historias de baño”, una campaña que pretende visibilizar y dar voz a todos aquellos que padecen esta patología y que les afecta de manera significativa, “llevándolos, en ocasiones, a episodios de depresión repercutiendo en su vida personal, sexual y laboral”, cuenta Montserrat Tey, enfermera y miembro de la División de suelo pélvico de Medtronic.
“Historias de baño” pretende desestigmatizar a los pacientes y la patología. Los pacientes en ocasiones sufren hasta tal punto en su vida diaria que les lleva a renunciar a una carrera profesional o esconderse de su entorno familiar y de la gente cambiando de municipio para no ser reconocidos. “Tuvieron que pasar diez años hasta encontrar el tratamiento que a mí me funcionó. Me encerré, me aislé. Es lo peor que llevo, hay recuerdo que no tengo ni los tendré”, cuenta Ángels Rosa, presidenta de ASIA.
Campañas de concienciación de este tipo, sumado al trabajo de los profesionales sanitarios y en especial el apoyo y los cuidados enfermeros, suponen un recurso de ayuda para desestigmatizar esta patología y a su vez animar a los pacientes que la padecen para que continúen buscando ayuda, consulten al personal sanitario y no sientan vergüenza de contar lo que les sucede. “Llegar a la consulta y ver en los pasillos esas caras de felicidad. Que te digan lo que les ha cambiado la vida y observar su sonrisa, eso es lo que engancha en nuestra profesión”, concluye la enfermera Elena Regaño.