MARÍA ALCARAZ.- Integrar a las familias en el proceso de cuidados de las pacientes con cáncer de mama disminuye el riesgo de trastorno de la imagen corporal y puede mejorar su sintomatología. Así lo confirma una investigación publicada en la revista de investigación enfermera Metas de Enfermería y que analiza cómo el apoyo del círculo personal más cercano, reforzado con una formación por parte de enfermeras y sanitarios, ayuda a las mujeres que se enfrentan a esta enfermedad.
El estudio, que lleva como título: ‘Beneficios de una intervención conjunta con la familia de mujeres con cáncer de mama antes de la cirugía’, dirigido por Natalia Mudarra, enfermera y doctora en Cuidados en Salud del Hospital Universitario Infanta Cristina de Madrid, tiene como objetivo analizar los beneficios de una intervención conjunta con la familia de mujeres con cáncer de mama, previa a una cirugía, en términos de impacto de la imagen corporal, autoestima y calidad de vida.
Repercusión en la imagen corporal
Los investigadores comentan que las cirugías en el cáncer de mama pueden derivar “en una serie de efectos adversos” que suelen “repercutir en la imagen corporal de la persona”. Esto afecta directamente a nuestra autoimagen, uno de los pilares de nuestra “personalidad de individuo”. De esta manera, las mujeres que deben someterse a una cirugía de cáncer de mama a menudo viven una importante pérdida de una parte del cuerpo o de la función corporal.
De esta manera, la investigación plantea los beneficios que puede tener una intervención conjunta de los profesionales sanitarios con las familias de las pacientes. Se ha estimado que este tipo de intervenciones tienen una incidencia de trastorno de la imagen corporal del 70% y que, si se hace esa acción con las familias, el porcentaje se puede reducir al 41%.
Metodología
El estudio fue aprobado por el Comité Ético de Investigación del medicamento del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda (Madrid). Se estudiaron 52 pacientes diagnosticadas con cáncer de mama, 18 que se sometieron a una mastectomía y 34 a una cirugía conservadora. La edad más frecuente de las participantes estaba comprometida entre los 60 y 69 años, y cerca del 70% tenía hijos mayores de 18 años y pareja.
Los investigadores dividieron las pacientes en dos grupos: uno de ellos recibió una sesión de educación sanitaria solas, mientras que el denominado ‘grupo experimental’ recibió la misma charla en compañía de su familia. De las pacientes del grupo experimental, el 100% presentó una imagen corporal completa frente a un 61,5% de las asignadas al grupo que recibió la charla de manera individual.
Alta autoestima tras el procedimiento
Si hablamos de autoestima, los resultados fueron muy similares entre ambos grupos: un 88,5% del grupo individual presentó alta autoestima, y un 89,8% del grupo que recibió la charla en grupo.
Los investigadores señalan como principales limitaciones del estudio el tamaño de la muestra. “Por ello, pese a tener una gran validez interna, se reduce de manera importante la externa no siendo posible extrapolar los resultados”, indican.
Los resultados del estudio evidencian la necesidad de realizar sesiones de educación sanitarias previas a la cirugía de mama para preparar a las mujeres y, además, el beneficio de que en este proceso estén incluidas las familias. “Se puede concluir que realizar una intervención enfermera conjuntamente con el paciente y el familiar, previa a la cirugía, reduce el trastorno de la imagen corporal”, terminan los investigadores.