D. RUIPÉREZ / A. ALMENDROS.- Carmina Prado es una veterana de la docencia en la universidad y de hecho fue la fundadora de lo que antes se llamaba la Conferencia Na-cional de Directores de Enfermería, que ahora se conoce como Conferencia Nacional de Decanos. La fundó hace muchos años junto a Juan Vicente Beneit o Teresa Monzón, entre otros. Durante todo este tiempo Prado ha visto graduarse a miles de enfermeros y enfermeras, con lo cual está muy facultada para ver cuáles son los puntos fuertes y los retos que tiene la formación de las enfermeras en nuestro país, y más concretamente en Castilla-La Mancha.
Llevas muchos años formando a enfermeras, ¿qué ha cambiado en los últimos años?
En cuanto a las competencias son prácticamente iguales que las que tenía la Diplomatura de Enfermería. ¿Qué competencias son las que se han incrementado con el Grado?Competencias en investigación. Respecto al empoderamiento de las enfermeras diría que es muy similar.
¿Qué es lo que varía?
Pues que a través de nuestro Grado podemos llegar a alcanzar el máximo grado académico que es el de doctor y esto también hace que la investigación avance en nuestro terreno particular en enfermería y no tengamos que ir asociados con otras ramas del conocimiento. Que son necesarias, que son importantes, pero es clave que nosotras tengamos nuestro propio cauce.
Pero es cierto que la autonomía de una enfermera de los años 70 u 80 no es la misma que la actual…
Sí, eso sí ha cambiado. Sobre todo, cuando te refieres a que éramos Ayudantes Técnicos Sanitarios (ATS) y como el propio nombre indica éramos ayudantes del médico. Hoy en día ya no es así, nos complementamos, nos unimos en la cabecera del paciente, pero cada uno tiene su propio rol profesional. Creo que debemos todavía seguir avanzando un poco más. Hace poco, por ejemplo, se aprobó la prescripción enfermera.
Hay veces que parece que les cuesta un poco lanzarse a investigar. En este caso, ¿es así o es una percepción?
Puede ser una percepción, pero es que realmente no todas las enfermeras, al igual que no todos los médicos, tenemos que investigar o dedicarnos a la docencia. En nuestro caso particularmente, es muy importante dedicarnos al cuidado. Creo que tan importante es estar a pie de cama como estar investigando o haciendo funciones de docencia. También es clave estar en los colegios o en la empresa, por ejemplo, haciendo educación para la salud.
A un estudiante de primer curso de Enfermería, ¿qué tres aspectos le dirías en los que hay que poner mucho énfasis para sacar el Grado adelante y ser una buena enfermera?
Lo primero que tienen que hacer es estudiar, entender y para ser un buen profesional de enfermería, además del conocimiento científico y práctico que han recibido y que después refuerzan en los centros asistenciales y sanitarios, hay una cosa que es una premisa fundamental que es la humanización del cuidado. Realmente a los estudiantes cuando llegan en primero, además de presentarles toda la titulación y cómo funcionamos, les digo que traten a los demás como ellos quieren ser tratados. Es decir, si ven una puerta llamar, decir unos buenos días cuando entramos a la habitación, preguntar qué tal han pasado la noche…
Un tema que es preocupante, del que desde el Consejo General de Enfermería han hablado en alguna ocasión, es el problema futuro a corto plazo donde puede haber una carencia de docentes universitarios en Enfermería, es decir, que se jubile la generación actual y no haya un reemplazo generacional. ¿Cómo lo ves?
A esto hay que darle una vuelta importante porque nos estamos jubilando y no hay reemplazo, no porque no haya enfermeros con doctorados hechos, sino porque de alguna manera Aneca está retrasando estas acreditaciones. Incluso creo que debería de haber en lo que acredita y lo que es el campo de enfermería, más enfermeros que acreditásemos a nuestros propios compañeros. Porque estamos todos en un cajón de Ciencias de la Salud y enfermeros hay pocos. Pero sí, el tema sobre todo en el ámbito de enfermería es preocupante.