El Consejo General de Enfermería recuerda que la falta de enfermeras es un problema estructural en todo el Estado y que la necesidad de contratar más profesionales es algo que debe hacerse en todas las comunidades autónomas porque la situación actual del Sistema Nacional de Salud pasa por apostar por los cuidados. En este sentido, el organismo que representa a las más de 353.000 enfermeras de España se muestra completamente de acuerdo con la reclamación del Colegio de Enfermería de Navarra y Satse Navarra, que han expuesto que el último Informe de Ratios no refleja la realidad asistencial de la comunidad.
Y es que, a pesar de ser la autonomía con mayor número de enfermeras por cada mil habitantes (8,92) y ser la única que supera la media europea, estas cifras se encuentran muy lejos de las deseadas para poder afrontar los desafíos actuales del sistema. Sin duda, desde el CGE puntualizan que las ratios es un dato objetivo que solo compara cifras entre comunidades y a nivel europeo, pero las necesidades van más allá de un número. “Es imprescindible que todos los gobiernos trabajen para potenciar a las enfermeras. Que Navarra tenga la ratio más alta de España no significa, que no haya nada que mejorar. Es decir, si Navarra necesita aumentar el número de enfermeras, las comunidades como Galicia o Murcia, que se encuentran a la cola, deben hacer un esfuerzo todavía mayor.
Presión asistencial
Tal y como afirman desde el Colegio de Enfermería de Navarra, la presión asistencial ha aumentado de forma significativa en la última década, especialmente en unidades que atienden a pacientes envejecidos, pluripatológicos, con alta dependencia o situaciones críticas, como neurología, paliativos, oncología, salud mental, unidades de agudos, urgencias o geriatría. Asimismo, recuerdan que la ratio por población no considera la complejidad de los cuidados, ni el índice de envejecimiento, ni la elevada esperanza de vida en Navarra (una de las más altas del país), ni la creciente cronicidad. La clave es establecer el número de enfermeras/os óptimo para poder proporcionar los cuidados que la población necesita y ajustar los cuidados al nivel de complejidad que tienen los pacientes que se atienden, cuando el número de enfermeras para la atención baja del óptimo se incrementa la morbilidad, la mortalidad y los costes asociados a un déficit de atención sanitaria.
Planificación
En definitiva, insisten en que Navarra no sólo necesita mantener un buen número de enfermeras por habitante, sino mirar más allá del dato y afrontar con seriedad la realidad diaria de las plantillas: servicios saturados, rotación constante, falta de cobertura estival, y aumento de la complejidad clínica. Solo con una planificación realista, sensible a las necesidades asistenciales concretas y al contexto socioeconómico, se podrá garantizar una atención segura, digna y sostenible para la ciudadanía.
Además, ambas entidades instan a profundizar en este tipo de estudios, recogiendo la parcialidad de las jornadas de trabajo, para obtener un dato más real sobre el que tomar decisiones adecuadas en la planificación de las plantillas en todos los ámbitos laborales.
Algo que desde el Consejo General de Enfermería también consideran prioritario, estudiar la situación real de cada servicio y de cada comunidad para poder atajar el problema y conocer de manera óptima las necesidades.