EUROPA PRESS.- Enfermeros del Hospital El Tomillar, centro adscrito al Área de Gestión Sanitaria Sur de Sevilla, están desarrollando un proyecto piloto para potenciar la seguridad del paciente sobre la labor enfermera de preparación y administración de medicamentos, y que supone portar unos chalecos distintivos que identifican al enfermero durante manejo del tratamiento farmacológico y de esta forma se identifica la atención prestada para no ser interrumpidos.
Según informa la Junta en un comunicado, la iniciativa, validada también en otros hospitales españoles, se ha orientado a minimizar las incidencias en dicha tarea enfermera a causa de las interrupciones no urgentes durante este proceso.
Esta iniciativa ha surgido en la enfermería de Medicina Interna del Hospital El Tomillar y se lleva a cabo en su área de hospitalización, distribuida en la segunda y planta baja.
Los supervisores de enfermería, Jesús Doblado y Valme Gómez, han argumentado que “la evidencia científica indica que, durante la preparación y administración de medicación, las interrupciones son la causa principal de los errores y entre el 75 y el 80% de esas interrupciones son evitables”.
Previamente a la implantación del sistema piloto en este servicio clínico, se ha consultado la opinión de los profesionales de enfermería y de la percepción de los familiares sobre esta iniciativa. Se han realizado dos encuestas adaptadas a ambos perfiles: los profesionales, como personal implicado en la labor de manejo farmacológico, y los familiares de los pacientes como perceptores del riesgo con las interrupciones durante la preparación y administración de los medicamentos.
Enfermeros y familiares valoran la medida
Las opiniones recogidas en ambas encuestas, realizadas con anterioridad a la experiencia piloto, han coincidido en la valoración de la medida. Los 34 profesionales de enfermería de las plantas de hospitalización de Medicina Interna del Hospital El Tomillar han considerado necesaria la implantación de este sistema de alerta. Han concedido un 100% a este método para limitar las interrupciones y su contribución en agilidad para el desarrollo de la tarea enfermera.
La enfermería ha coincidido con un alto porcentaje, 95%, en la frecuente interrupción durante el desempeño de esta labor y, del mismo modo, han opinado en un 93% que estas interrupciones influyen en la concentración para una tarea tan delicada.
En la encuesta se ha recogido que el 25% de los enfermeros han afirmado interrupciones de hasta cinco veces en la preparación y administración de tratamientos, un 18% han afirmado ser interrumpidos seis veces y otro 18% hasta diez veces o más.
La encuesta realizada a los familiares ha recogido un alto porcentaje, de un 90%, la opinión de que las interrupciones han acarreado potencialmente errores enfermeros. Han indicado en un 65% que las interrupciones han sido relacionadas con cuestiones no urgentes y que han podido esperar, y también un 65% han coincidido en que se han podido evitar interrupciones.
Para el pilotaje de este sistema se han repartido dípticos informativos a los familiares y se ha colocado cartelería por los pasillos de las dos plantas de hospitalización de Medicina Interna.
Por su parte, se ha hecho entrega de un chaleco por enfermero, que se lo coloca durante la preparación de la medicación y su reparto. Esto no excluye que, en los casos en los que el personal de enfermería identifique interrupciones urgentes, deberán ser atendidos de forma inmediata.
El pilotaje de este sistema de alerta se desarrollará durante un mes, al término del cual se volverán a realizar nuevas encuestas. Se prevé extender la aplicación y funcionamiento de esta medida en las plantas de hospitalización del Hospital Universitario de Valme.