ÁNGEL M. GREGORIS.- Christian Gálvez trabaja en televisión desde hace más de 20 años, presenta Pasapalabra desde 2007 y ha participado en multitud de programas y series como presentador y actor. Ahora acaba de inaugurar su primera exposición como comisario sobre Leonardo Da Vinci, Los rostros del genio, y siempre ha estado muy comprometido con causas sociales como las que persigue la Federación Española de Enfermedades Raras (Feder), para dar visibilidad a todas aquellas personas que sufren alguna enfermedad poco frecuente en España.
¿Por qé decidiste aceptar y ser uno de los embajadores de Feder?
Gente de nuestro entorno, gente cercana o gente que no nos conoce muchas veces nos pregunta por qué hacemos esto si no tenemos cerca de nadie que las sufra. Y nosotros siempre respondemos: “Ah, ¿hace falta tener un hijo con una enfermedad rara cuyo diagnóstico no puedas encontrar para poder apoyar?”
El otro día vimos a unos padres que estaban intentando que la gente se hiciese fotografías con una camiseta para apoyar una carrera solidaria y cuando les preguntamos si era por alguno de su hijo/a, nos dijeron que no. Entonces, al preguntarles el motivo, nos contestaron: “Nosotros tenemos el tiempo libre que los padres cuyos hijos tienen enfermedades raras no tienen”. Así que mi respuesta es la misma.
¿Los personajes públicos ayudáis a que la gente tenga más conciencia más con estas causas?
Yo creo que en el fondo todas las personas que se puedan comprometer en ese sentido somos actores secundarios. Estamos aquí, viene la gente a agradecerte, te premían, pero al final no dejamos de ser altavoces. El altavoz es prescindible siempre y cuando la voz sea lo suficientemente alta y potente. Si el mensaje es claro, nosotros podemos ayudar a difundir y amplificar este mensaje, pero creo que los verdaderos superhéroes son los padres, madres, investigadores, científicos, niños y niñas que luchan cada día. Nosotros lo que hacemos es amplificar un poquito más el mensaje.
¿Qué has aprendido de estas familias?
Hemos aprendido valores, la perserverancia, el sacrifiio, la pasión por lo que uno hace, pero me quedo con la colabroacion y la solidaridad. Con el ‘no te quedas solo’, con el ‘si te caes, hay alguien a tu lado que te va a ayudar’. En definitiva, me quedo con la palabra cooperación, con esa necesidad imperiosa de crear redes de relaciones, que ayuden.
Otra cosa que he aprendido, las redes sociales a mí no me gustan demasiado porque se vierte demasiado odio, pero, sin embargo, sí que me dedico a retuitear a Feder y otras asociaciones y a veces viene la gente a darte las gracias por esa interacción que hizo que el mensaje llegase a más gente.
Las enfermeras son los profesionales más cercanos a estos pacientes, ¿cuál sería tu mensaje para ellas?
Al igual que suceden cosas relacionadas con niños con las que perdemos la fe en la palabra humanidad, creo que para la gente que está en los hospitales, la gente que tiene que pasar largas estancias allí es importante que todos nos demos la mano y pensemos en el verdadero significado de la palabra humanidad. Si hay gente que puede hacer cosas tan malas, estoy convencido de que hay gente que puede hacer cosas muy buenas como ellas.
¿Qué le queda por conseguir a Christian Gálvez?
Perseverar, seguir con la misma ilusión, escribiendo, presentando y deseando que algún día no sea necesario que Feder y las enfermedades raras tengan embajadores, sino que todos y cada uno de los habitantes no de este país, sino del mundo sean embajadores de las enfermedades raras. Y que no sean raras, que cada vez sean menos raras y que poquito a poco gracias a la investigación y a la ciencia se consigan soluciones, primero para mejorar la calidad de vida y segundo para mejorar la esperaza de vida.
¿Qué es lo mejor de presentar Pasapalabra?
Acompañar a la gente, al final se trata de eso, que es lo que hace Feder o cualquier asociación. Creo que lo más bonito de estos 11 años que llevamos en emisión es acompañar. Sí, es tele, es entretenimkiento, cultura, mi trabajo, pero creo que las cosas que más nos llegan es cuando nos dicen cosas como ‘tuve a mi padre enfermo y lo único que le apetecía era poner Pasapalabra”.