REDACCIÓN.- La enfermera estadounidense RaDonda Vaught ha sido condenada, finalmente, a tres años de libertad vigilada por un error que cometió en la administración de la medicación a un paciente, que le provocó la muerte en 2017. Tras ser declarada culpable de homicidio imprudente y de abuso de adulto con discapacidad, el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) advierte que el enjuiciamiento no hará que la atención de salud sea más segura para los pacientes, sino que dificultará aprender de los errores y prevenirlos en el futuro. Asimismo, el CIE aplaude que la sentencia final haya sido menos dura de lo que se temía.
La Asociación Americana de Enfermeras (ANA) ha apoyado la enfermera durante el caso y ha presentado una carta al tribunal explicando las razones legales desde el punto de vista de la enfermería profesional para mostrar indulgencia. La declaración del CIE del 30 de marzo condenando la criminalización de los errores médicos se presentó formalmente al tribunal para su consideración antes del veredicto.
Criminalizar
Respondiendo a la condena, la presidenta del CIE, Pamela Cipriano, ha declarado que las enfermeras de todo el mundo se verán reflejadas en Vaught y que el CIE estaba agradecido porque el tribunal hubiera considerado su opinión y la de la ANA. Sin embargo, Cipriano ha declarado que criminalizar un fallo de una enfermera tendría un peso importante en la profesión de enfermería y podría revertir años de progreso en la mejora de la seguridad del paciente. Es bien sabido que la mayoría de los errores se producen por fallos en el sistema y no por personas descuidadas.
Mecanismos
«Las enfermeras han de trabajar en organizaciones seguras que dispongan de mecanismos para prevenir fallos y los animen a notificar cualquier error en una cultura de no culpabilizar en la que se extraigan lecciones de los errores y se integren prácticas adicionales de seguridad y rendición de cuentas en los sistemas como respuesta. Declarar culpable a una enfermera de homicidio imprudente por un error médico supone una amenaza potencial a la práctica que podría provocar que más trabajadores sanitarios oculten errores perdiéndose así oportunidades de mejorar la seguridad del paciente. Es un paso atrás que también podría crear una situación en la que muchas enfermeras y otros trabajadores sanitarios dejen de ejercer por no enfrentarse a la perspectiva de cumplir penas de prisión si cometieran un fallo. Damos las gracias a nuestro miembro del CIE, la ANA, por el apoyo que ha brindado a Vaught».