ANA MUÑOZ.- Un estudio recientemente publicado en Journal of Allergy and Clinical Immunology asegura que el consumo de leche fresca y sin procesar, extraída directamente en las granjas, está relacionado con un descenso del riesgo de padecer asma en la edad infantil. Aunque los científicos no han podido determinar exactamente qué componentes de la leche producen ese efecto, sí han hallado que en parte se debe a que la leche sin procesar tiene un mayor contenido de ácidos grasos omega-3. Estos ácidos son esenciales para la salud humana. Sin embargo, el cuerpo humano no puede sintetizarlos por sí mismo y deben obtenerse a partir de la ingesta de alimentos. Así, los niños que habitualmente beben leche sin procesar presentan menos posibilidades de padecer asma que aquellos que consumen leche industrialmente tratada.
El estudio ha sido elaborado por investigadores de la Universidad de Múnich tomando una muestra de más de mil niños de hasta seis años de edad y residentes en áreas rurales de cinco países europeos. Por un lado, los científicos emplearon los registros de nutrición y enfermedades que las madres de los pequeños se encargaron de elaborar. Por otro, analizaron muestras de la leche que los niños solían beber (ya fuera leche de granja, sin procesar, o leche pasteurizada, homogeneizada o baja en grasa).
Con ello, pudieron demostrar que el nivel de ácidos grasos omega-3 encontrados en el producto lácteo final era inversamente proporcional a la intensidad de su procesamiento. En cambio, el contenido de ácidos grasos omega-6, que principalmente actúan como precursor de la producción de moduladores pro-inflamatorios, permanecía virtualmente sin cambios tanto en la leche cruda como tratada.
A modo de conclusión, los autores del estudio se abstienen de recomendar el consumo de leche cruda, ya que ésta puede contener microorganismos patógenos que pueden contagiar fiebres tifoideas, brucelosis y listeriosis, entre otras enfermedades. De hecho, el procesamiento de la leche es obligatorio en la mayor parte de países desarrollados, entre ellos España. Pero el trabajo sí deja la puerta abierta a revisar el tratamiento que se le da actualmente a la leche y desarrollar métodos más suaves de procesamiento que puedan asegurar la retención de componentes beneficiosos presentes en la leche cruda.