MARINA VIEIRA.-  El cuidado de la piel es un cuidado más. El órgano más grande de nuestro cuerpo es en muchas ocasiones el espejo de patologías graves y mantener una piel protegida de agentes externos nos ayuda a prevenir multitud de enfermedades. Las enfermeras son las profesionales del cuidado por excelencia y por esta razón, cada vez hay más que desarrollan su actividad profesional en este ámbito. Recibimos continuamente información sobre diferentes tratamientos y rituales de belleza, sin embargo, es difícil tener claro qué es lo más recomendado para mantener hábitos saludables.

María Novoa, enfermera del trabajo y miembro de la Asociación de Enfermería Dermoestética explica que aunque ella “no es muy partidaria de defender un ritual cerrado” porque “hay que valorar a cada persona de manera personal” teniendo en cuenta las circunstancias del paciente, y ajustar los hábitos al lugar en el que vive, edad y sexo. Podría considerarse que hay unos hábitos de cuidado genéricos “que se pueden ir modificando según las necesidades”, y cuentan con seis principios básicos: “higiene, limpieza, tonificación, hidratación, nutrición y protección”, explica la enfermera. Novoa recalca que, a pesar de lo que se pueda pensar, los cuidados internos como “cuidar de nuestra nutrición” son igual de importantes que “los cuidados externos, para los que es esencial contar con una buena valoración de la piel”,  por parte de un profesional sanitario.

Productos de día o de noche

También es importante tener en cuenta el momento del día en el que nos encontramos para saber qué producto tenemos que utilizar. “Las necesidades de la piel son diferentes de día y de noche, durante el día la piel está sometida a agentes externos, al frío, las temperaturas elevadas o el aire y necesitamos proteger nuestra piel para que esos agresores no le causen daño. Nuestro organismo durante el sueño repara tejidos y con la piel pasa lo mismo, por lo que tenemos que utilizar productos que faciliten la reparación de tejidos durante la noche”, explica María Novoa.

Diferentes agentes ayudan a reparar nuestra piel. Recientemente un estudio ha descubierto que la melatonina –una hormona que se suele administrar para facilitar el sueño y que se encuentra de forma natural en nuestro cuerpo- es efectivo como antioxidante en nuestra piel administrado de forma tópica. “La melatonina es una hormona que segrega durante el ciclo de la noche. Este estudio tiene una base científica importante, la melatonina es liposoluble por lo que a nivel tópico debería de absorberse y actuar como un escudo”. Así lo confirma también Stéphanie Barbier, directora de Marketing Corporativo de ISDIN “hace sólo cinco años se descubrió que la melatonina está también presente en los receptores de la piel, por eso el laboratorio decidió invertir en desarrollar un producto con este componente”, explica la alto responsable de la casa.

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