D.R.- La poliomielitis dejó hace tiempo de condenar a esas graves parálisis a los niños infectados en gran parte del mundo. Los esfuerzos de la comunidad internacional para erradicar la enfermedad la han arrinconado -que no vencido-, pero incluso cuando dejen de registrarse casos en los cinco países donde todavía supone una amenaza habrá que seguir actuando si se quiere evitar su reaparición. Una investigación, publicada en el último número de la revista PLOS Biology aborda esta cuestión y concluye que, siguiendo distintos modelos epidemiológicos, la transmisión silenciosa del poliovirus podría extenderse durante los tres años siguientes al último caso detectado en el mundo.

La investigadora Micaela Martínez-Bakker y sus colegas de la Universidad estadounidense de Michigan aseguran en su artículo que para asegurarse de que la enfermedad está  verdaderamente erradicada es precisan unos agresivos programas de vigilancia y las campañas de vacunación deben continuar en países endémicos de polio como Afganistán, Paquistán y Nigeria.

Martínez-Bakker asegura que “se trata de erradicar el virus, no de erradicar la enfermedad. Probablemente deberíamos intensificar la vigilancia ambiental para estar seguros de que el virus no está escondido bajo el capó aunque sea a niveles bajos”.

Reducción de casos

La evolución de la enfermedad ha sido bastante positiva y se ha pasado de 125 países donde era endémico en 1988. La poliomielitis afecta principalmente a niños menores de cinco años y en uno de cada 200 casos conlleva parálisis irreversibles. Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo se registraron 416 casos de polio en 2013, según refleja la Universidad de Michigan en una nota.

Otra de las conclusiones a las que han llegado los investigadores es que la teoría más extendida sobre la expansión de la polio en Estados Unidos vinculada a la teoría de la higiene es probablemente errónea. Así, el incremento de los casos a mediados de los años 40 no se debió a la mejora de las condiciones  higiénico-sanitarias, sino al “baby boom” que se produjo en el país al acabar la Segunda Guerra Mundial.

“Lograr la definitiva erradicación de la polio y evitar su reaparición requiere un profundo conocimiento sobre cómo el virus persiste. Hay que establecer una línea base de cómo funciona el sistema en ausencia de vacunación”.