DAVID RUIPÉREZ.- Cuando una persona sale de la UCI tras sufrir una lesión medular severa en u accidente de tráfico, por ejemplo, no se deriva a un centro especializado en parapléjicos o se le manda a su casa, sino que puede pasar un tiempo ingresado y tendrá suerte si lo hace en una unidad especializada en lesionados medulares agudos. De este tipo de unidades no hay más de una docena repartidas por toda España y una de las más veteranas y que, además, cuenta con una consulta semanal de enfermería especializada se halla en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla.
El enfermero Ricardo Piñeiro dirige la consulta de enfermería, que empezó a funcionar hace cinco años, aunque la unidad se creó hace casi 40. “Cuando los pacientes llegan a la unidad presentan numerosas complicaciones como cánulas de traqueotomía, aspiraciones de secreciones, están comatosos, tienen nutrición por sonda nasogástrica… Son muy dependientes”.
Por otra parte, en los cuidados que prestan los enfermeros de la unidad destacan las úlceras por presión y problemas derivados de la pérdida de sensibilidad en el control de esfínteres. “La colocación del paciente es importante, estamos muy atentos a los cuidados posturales para evitar úlceras por presión. Tienen también problemas de vejiga e intestino neurógeno, lo que genera problemas de retención urinaria y fecal y debemos reeducar tanto la vejiga como el intestino”, explica Piñeiro.
Otro aspecto importante es la consulta de atención telefónica 24 horas que la unidad tiene a disposición de los profesionales de Atención Primaria a los que luego visitará el paciente fuera del hospital -y que no tienen por qué estar tan familiarizados con los cuidados que precisan las personas con una lesión medular- y también para pacientes y familiares. Además de intentar hacer coincidir la consulta con el médico con la de enfermería, también están muy abiertos a recibir a pacientes que se presentan para resolver alguna duda o consulta, aunque vengan sin cita.
Miguel es uno de los pacientes veteranos de la unidad, a la que lleva viniendo más de 30 años, desde que sufrió su accidente “Tenemos una revisión anual para abordar temas como la vejiga o las úlceras, como es mi caso. El enfermero me hace el seguimiento de la úlcera y la relación, tras tantos años, es muy estrecha. Somos más amigos que paciente y facultativo. Recibo una atención magnífica, incluso aunque venga sin cita previa”.