REDACCIÓN.- Los enfermeros portugueses siguen secundando los paros convocados desde el pasado 11 de agosto en distintas zonas del país, según informan varios medios locales. El motivo principal de las protestas es el retraso de su gobierno en la presentación de una propuesta de revisión salarial que no llega, mientras desde los sindicatos de enfermeros denuncian que entre el 70 y el 80% de los profesionales de enfermería recibe una retribución líquida mensual de entre 900 y 1.000 euros, independientemente de su antigüedad. La degradación de sus condiciones laborales, que incluye la ampliación de la jornada laboral hasta las 40 horas semanales, se ha visto agravada, según han explicado a la prensa, por el rescate financiero del país y los recortes sociales que le siguieron.
El sindicato convocante habla de una adhesión a los paros superior al 70% en la primera semana, aunque el Ministerio de Sanidad asegura que no han tenido consecuencias practicas. Además en respuesta a la huelga, ha decidido paralizar las negociaciones en curso.
Al igual que ocurre en España, desde el inicio de la crisis económica los enfermeros portugueses constituyen uno de los sectores profesionales que más emigra al extranjero, a pesar de que las necesidades nacionales no están completamente cubiertas. «El éxodo de enfermeros por el empeoramiento de sus condiciones económicas en Portugal se ha convertido en un símbolo de las consecuencias de la crisis», es el análisis que hace la prensa sobre el terreno.
La situación se torna más delicada al tratarse de un país con poco más de diez millones de habitantes y una población muy envejecida -en esto también se asemeja a España-. Un 25% de los portugueses tiene 65 años o más y por eso los profesionales del sector sanitario luso alertan de las graves consecuencias que puede tener el éxodo de profesionales.