ALICIA ALMENDROS.- Es la complicación más frecuente del embarazo. Aunque su frecuencia varía según los estudios poblaciones y los criterios diagnósticos utilizados, la diabetes gestacional afecta en torno a un 10-14% de los embarazos. “Es importante llevar un control nutricional adecuado, ya que la diabetes gestacional aumenta el riesgo de diversas complicaciones obstétricas como el sufrimiento fetal, la macrosomía, la muerte intrauterina y los problemas neonatales. No aumenta la incidencia de malformaciones congénitas”, comenta Cristina Tella, educadora en diabetes del adulto del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza.
Tella quiso dejar claro durante su ponencia en las XIX Jornadas Internacionales de Nutrición Práctica, celebradas en Madrid, que la enfermería tiene un papel fundamental en la educación nutricional de las pacientes con diabetes gestacional. “En la actualidad la recomendación más extendida es la de clasificar previamente a todas las embarazadas según el nivel de riesgo de padecer diabetes gestacional y en función del mismo actuar de manera distinta”, explica Tella. Entre los diferentes grupos podemos encontrar las de riesgo bajo, riesgo moderado y riesgo alto. “Es clave recoger los factores que van a situar a la paciente en un grupo u otro en la primera consulta para hacer una valoración inmediata”, argumenta la educadora.
Dieta
Una vez efectuado el diagnóstico de la diabetes gestacional la paciente debe iniciar el trata-miento lo antes posible, por lo que debe ser remitida a la unidad de diabetes y embarazo correspondiente. “La dieta será normocalórica excepto en las embarazadas con obesidad importante, en las que se puede indicar una cierta restricción calórica, evitando la aparición de cetonuria”, argumenta Tella. “Es recomendable la práctica de ejercicio físico moderado con asiduidad, como por ejemplo un paseo de una hora diaria”, continúa Tella. Además, los profesionales recomiendan la práctica de controles de glucemia.
“Los cuidados del recién nacido difieren de los establecidos en la gestación sin diabetes, en la necesidad de prevenir, detectar y tratar la hipoglucemia neonatal. Tras el parto se suspenderá el tratamiento y se realizarán controles glucémicos iniciales para confirmar la situación metabólica en el posparto inmediato”, argumenta la enfermera.
Durante el posparto se realizarán los controles puerperales habituales, se recomiendan hábitos de vida saludables, se procederá a la reclasificación metabólica de la diabetes gestacional y se aconseja una revisión metabólica anual en los casos de Glucemia Basal Alterada o de Intolerancia a Glucosa, y cada tres años en las situaciones de tolerancia normal.