RAQUEL GONZÁLEZ ARIAS.- Unos 160 pacientes han pasado ya por la Unidad de Covid Persistente Pediátrica del Hospital Germans Trias y Pujol. Puesta en marcha a finales de 2020 para tratar a un conjunto de niños y adolescentes que tras la infección por SARS-CoV-2 presentaban distintos síntomas, se convirtió entonces en la primera unidad multidisciplinar de estas características en nuestro país. Su enfermera, Berta Mor Sansa, explica que el covid persistente en niños un proceso largo del que se sale. Hoy, recuerda cómo en sus inicios no daban abasto y es que, cuando comenzó su actividad, allí llegaron de pronto multitud de casos que hasta ese momento se encontraban dispersos por distintas consultas externas. Hoy, ese flujo de pacientes, reconoce, se ha reducido.
De los casos que han pasado por aquí, más del 80% correspondía con los criterios de covid persistente y es que, como explica Berta, “cuando un niño se queja es porque realmente algo le pasa”. Sin embargo, hasta llegar aquí muchas familias sentían que no se las escuchaba y no sabían adónde acudir.
Más niñas que niños
Aunque faltan datos, el covid persistente parece ser menos habitual en población infantil que adulta. Así, mientras en población general se estima que el 10% de quienes se infectan por COVID-19 presentarán covid persistente, en niños este porcentaje se reduce al 1%. El perfil de quienes han pasado por aquí, explica esta enfermera, es mayoritariamente femenino (60%) y con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años. “Aunque también tenemos casos de pacientes de 5 o 6 años, es menos habitual”, matiza.
Fatiga y niebla mental
En cuanto a los síntomas, señala, los más habituales son la fatiga y la niebla mental que llega a afectar considerablemente a su calidad de vida porque limita tanto su actividad social como escolar. “Cuando hablamos de fatiga, hablamos de niños que no pueden realizar una jornada escolar completa o que antes tenían actividades extraescolares y ya no pueden hacerlas. En el caso de la niebla mental, lo que conlleva son problemas de concentración o que han perdido memoria y esto baja su rendimiento escolar. Nos encontramos, por ejemplo, niños que antes estudiaban solos y que ahora necesitan la ayuda de sus padres o que leen un libro y cuando lo retoman al día siguiente tienen que volver a empezar porque ya no se acuerdan de nada”, explica Berta Mor Sansa.
Otros síntomas que también pueden aparecer, añade, son el ahogo, la abdominalgia, taquicardias, palpitaciones y cefaleas frecuentes y persistentes que apenas mejoran con la analgesia.
Aparición y manejo
Estos síntomas pueden aparecer al cabo de varios días o semanas tras haber pasado el covid y eso dificulta muchas veces el que se relacionen con la infección, los padres no sepan qué es lo que sucede e incluso los profesionales sanitarios tampoco tengan claro adónde derivar el caso.
Aunque el proceso de recuperación es muy largo, asegura esta enfermera, “poco a poco, los niños mejoran todos y hay niños a los que ya hemos dado de alta porque han vuelto a su estado basal”.