DAVID RUIPÉREZ-. Ingenieros de la Universidad de Stanford (EE.UU.) han desarrollado un sensor de plástico, pensado para las prótesis de los amputados, capaz de transmitir a las células nerviosas la presión que se ejerce sobre ellas, según describen en un artículo publicado en la prestigiosa revista científica Science. Esta tecnología podría contribuir a que las prótesis, además de moverse a voluntad, transmitan las sensaciones de una caricia o un apretón de manos.
El sensor está montado sobre una lámina de plástico con dos capas que conforma esa “piel” que recubriría el miembro artificial. La membrana superior contiene el sensor y la de abajo el circuito eléctrico para transformar esa señal en un pulso eléctrico que el cerebro pueda comprender. La primera capa intenta imitar la forma en la que la piel humana percibe la presión, es decir, si es un leve roce a modo de caricia o estamos apretando con fuerza cuando nos saludamos, por ejemplo. Después la otra capa de material transmite esa información en una señal eléctrica similar al código Morse. Entre ambas capas existen miles de millones de nanotubos, con la fuerza con la que se aprieta, estos nanotubos se comprimen y fluye más electricidad conforme más fuerza se ejerce sobre la superficie. Después ese pulso eléctrico se transforma en una señal lumínica que hace reaccionar a ciertas neuronas.
Alex Chortos, uno de los ingenieros que trabaja en el equipo que hay detrás de esta investigación, explica que “creemos que esta aproximación hacia algo que reproduzca las sensaciones de la piel humana hará mucho más naturales y eficaces las prótesis. Nuestro objetivo es restaurar el sentido del tacto, algo que estas personas necesitan”.
Con miembros humanos
Chortos asegura que “en breve conectaremos el dispositivo directamente a los nervios de la pierna o el brazo mediante cables. Puesto que no lo hemos probado todavía directamente en mamíferos, no sabemos si la sensación será exactamente la misma que experimenta cualquier persona a través de su piel, pero hemos reproducido la misma forma en que se transmite las señales eléctricas de manera natural, así que esperamos una sensación muy real”, añade.
No obstante, el equipo que lidera la profesora de ingeniería química Zhenan Bao, trabaja en el desarrollo de otros sensores que completen el sentido del tacto en un miembro artificial, por ejemplo que puedan distinguir el calor del frío o la textura. Según describen los autores, existen seis tipos de señales biológicas que proporcionan información sobre lo que tocamos con la mano y la presión es sólo una de ellas.
Crean piel artificial que puede sentir la presión ejercida sobre ella