GEMA ROMERO.- El sistema nacional de salud se enfrenta a tres grandes retos, el envejecimiento, la cronicidad y la multipatología de los pacientes, la demanda de más y mejores servicios de salud y una evolución creciente de pacientes cada vez más informados. Ante esta situación “no se puede hablar de sostenibilidad del sistema sanitario sin la innovación”. Y en este ámbito” la primera innovación que hay que escuchar es la que procede de los propios profesionales sanitarios”. Así lo destacaba Cristina Garmendia, ex ministra de Ciencia e Innovación en la presentación de las conclusiones del II Foro Innovación y Sostenibilidad: construyendo la sanidad del siglo XXI.

Este informe de conclusiones presentado hoy da respuesta a los dos retos principales que los más de 30 expertos que se reunieron en Bilbao en octubre de 2015 han detectado que deberá afrontar la sanidad española en los próximos años, como son el acceso a la innovación tecnológica y la urgente necesidad de evaluar los resultados de salud.

En la reunión, organizada por la Escuela Nacional de Sanidad, SILO y Celgene, no sólo se habló de los retos del sistema, sino también de las soluciones. Un total de 13 conclusiones entre las que destaca implantar la evaluación de los resultados de salud. Como explicaba Cristina Garmendia, ex ministra y actual presidenta de COTEC – Fundación para la Innovación, “el ámbito presupuestario no parece que vaya a cambiar en el futuro, por lo que en un contexto de reducción presupuestaria, las recomendaciones que deben hacerse no son coyunturales, sino estructurales. Hay que apostar por más salud, pues se puede invertir mejor”.

De ahí que, para los expertos de este foro se deba implantar tanto la evaluación de los resultados en salud por euro invertido como garantizar el acceso en condiciones de equidad a la innovación tecnológica.

Como explicaba Jordi Martí, director general de Celgene, “el sistema sanitario afronta muchos retos. Hay que pensar más en el largo plazo y poner las cosas en contexto. Actualmente no tenemos una suficiente cultura de medir. En España se mide el gasto y encima se hace mal. Siempre hablamos de gasto y no de inversión, por eso hay que medir los resultados en salud  y elegir no en función de quién gasta menos , sino quién tiene unos mejores resultados. Sólo así es posible poner en valor las cosas y situar al paciente en el centro del sistema”.

Cambio de visión

Como explicaban en la presentación del informe, en realidad se trata de poner en contexto la evolución de las enfermedades. Como afirmaba Martí, “debemos hablar de procesos de enfermedad y no sólo de órganos concretos. Debemos tener una visión transversal y no sólo ver el gasto que suponen los fármacos, también son un ahorro en función de los resultados en salud”.

A este respecto Cristina Garmendia recordaba que la innovación, ya sea terapéutica en forma de fármacos o en tecnología, en gestión clínica o en nuevas formas de cooperación “es una gran oportunidad económica. Se trata de un cambio muy grande en el que hay muchas empresas y muchas ideas españolas que podemos exportar. Pero para ello debemos anticipar lo que viene, lo que nos hará avanzar, dejando de lado las visiones cortoplacistas”.

De hecho, para Jordi Martín hay muchas innovaciones, en coordinación, que no son costosas y sí muy eficaces. Así ponía como ejemplo la figura de los gestores de casos, enfermeros que se encargan de guiar al paciente a través del sistema y entre los distintos niveles asistenciales. “Hemos comprobado, cómo estos gestores de casos reducen hasta en 25 días el acceso al tratamiento de pacientes con cáncer”.

Aunque muy centrado en el ámbito de la innovación farmacéutica, para Antoni Gilabert, gerente de Farmacia y Medicamentos de la Generalitat de Cataluña, “necesitamos una visión estratégica y una mentalidad colaborativa. La innovación no es el problema, es la solución, pues es una inversión que genera sostenibilidad y bienestar”.

A este respecto uno de las ideas más destacadas de este plantel de expertos se encuentra el introducir el denominado “pago por resultados”, aunque Jordi Martín prefería hablar de “modelos innovadores de precios”, en los que tengan cabida distintas opciones, desde el pago por resultados, la tarifa plana por indicación, y donde también debe tener cabida el coste global de la enfermedad. En todo caso, sostienen que las soluciones para garantizar la sostenibilidad deben ser estructurales. “Hay que poner la mirada en lo que funciona, dejar que los técnicos se pongan de acuerdo y priorizar lo que es básico”, afirmaba Gilabert.