El diagnóstico de cáncer y el inicio del tratamiento trae consigo una enorme preocupación tanto a los afectados y afectadas como a sus familiares y cuidadores. Conocer cómo afrontar esta situación es fundamental para mejorar su calidad de vida. Así lo ha puesto de manifiesto Edesia Martín, enfermera de la consulta de Oncología del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid), durante el Taller de cuidados de enfermería durante la radioterapia y la quimioterapia.
Durante las consultas, las enfermeras se encargan de dar información y educación de las medidas a tomar para paliar los efectos secundarios concretos de su tratamiento. Asimismo, es recomendable que lleven a cabo una alimentación hiperproteica, ejercicio físico que tolere, hidratación y protección solar de la piel, así como una buena higiene dental.
Tolerar el tratamiento
“Los pacientes tienen miedo a si serán capaces de tolerar el tratamiento y debemos intentar tranquilizarles, ya que en Oncología se controla al paciente muy estrechamente. Además, les doy los medios para comunicarse con la consulta para que puedan ponerse en contacto con el servicio”, apunta Martín.
Es fundamental que los pacientes sepan que los efectos secundarios aparecen a las 48/72 horas del tratamiento. “Las enfermeras tenemos un papel importante de información para que ellos se responsabilicen de su cuidado y que sepan identificar signos de alarma por los que hay que acudir a urgencias, así como el cuidado de vías y drenajes”, explica la enfermera.
Administrar
Para ella, la familia cuidadora es muy importante: “Es la responsable de administrar la medicación (en la mayoría de los casos) para los efectos secundarios, colabora en la retirada del infusor y cura de vías centrales, siempre con la enseñanza y aporte de material por parte de Enfermería. Por todo ello, también hay que cuidar al cuidador”.
Lo más importante, tal y como apunta la enfermera, “es que el paciente afronte este nuevo reto, comunicándoles lo que va a aparecer, pero siempre con un grado de esperanza, porque la hay”. “También debemos reducir el estigma del cáncer porque los efectos secundarios se tratan mejor y los nuevos tratamientos mejoran la calidad de vida y el tiempo de supervivencia”, concluye.
