MARCOS GÓMEZ JIMÉNEZ.- Las enfermeras de Guatemala han protagonizado una serie de protestas y bloqueos en diversas áreas del país, según informan los medios locales del país centroamericano.
Desde hace unos días, las manifestantes han bloqueado carreteras, puertos y aduanas, en busca de mejoras laborales y administrativas, demandas que, tras la presión de las profesionales finalmente han sido escuchadas tanto por el congreso cómo por el gobierno de Guatemala.
Las enfermeras han demostrado, una vez más, el gran poder que alberga la movilización colectiva y como, en unidad, juntas, se pueden impulsar cambios significativos en el sector de la salud.
Previamente habían anunciado sus planes de manifestarse en puntos clave como el crucero “La Virgen en San Marcos”, el puerto Quetzal en Escuintla y Santo Tomás de Castilla en Izabal. Todas estas acciones han sido orientadas a visibilizar las difíciles condiciones que enfrentan las profesionales.
Los bloqueos y las interrupciones que han causado en el tráfico y el comercio han tenido un impacto positivo notable. La presión ha llevado a Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social del país a reconocer la gravedad de la situación de las enfermeras, por lo que el diálogo ha comenzado, lo que abre la puerta a posibles reformas legislativas, lo cual mejoraría las condiciones laborales de las profesionales, y, por ende, las condiciones de los pacientes, quienes dependen en gran medida del compromiso y la dedicación de los profesionales de enfermería.
Desde Guatemala, queda patente cómo se puede llegar de la “calle a la mesa de negociación” y como la colectivización y la presión pueden generar grandes avances y cambios en la profesión enfermera.