JULIA TRIVIÑO.- Los alumnos del curso de Experto Universitario en Urgencias y Emergencias pusieron el broche final al curso con un simulacro de derrumbe en el Colegio Santa Clara, una simulación de catástrofe que podría ser perfectamente real. En este caso se eligió el derrumbamiento de un aula y un pasillo en un centro educativo, con las dificultades que eso conlleva.
El objetivo de la actividad fue poner en práctica todas las destrezas adquiridas durante el curso, coordinándose además con otros estamentos. Como objetivos específicos, aplicar los medios de triaje, el soporte vital avanzado, el soporte vital avanzado al trauma y, como en todo simulacro, darle seguridad a la población mostrándoles cómo se actúa institucionalmente colaborando todo el personal que interviene en estos casos.
Alarmas
Un derrumbe de un aula y un pasillo en el Colegio Santa Clara de Cazalla de la Sierra hacía saltar las alarmas. Rondaban las dos y media de la tarde cuando la Policía Local llegaba al recinto, acordonaba la zona y valoraba la gravedad del suceso pidiendo los recursos sanitarios oportunos.
Así llegaba el primer grupo de sanitarios, compuesto por tres personas, y posteriormente los Bomberos, con un camión de salvamento preparado para romper hierros y sacar a los atrapados por el derrumbe, colaborando con las labores sanitarias de evacuación de víctimas.
También prestaron su ayuda como primeros intervinientes los testigos del suceso. Estos eran los propios compañeros de los heridos que habían salido ilesos o tenían pequeños rasguños.
La Cruz Roja de Sevilla llegaba con una ambulancia de dotación de enfermería y comenzaba la intervención. Sectorizaron la parte de atención a las víctimas, en las que el primer escalón corresponde a los rescatadores. Estos entraron y atendieron a las víctimas clasificándolas y aplicándoles triaje según su pronóstico vital. Posteriormente se establecía una segunda área que corresponde con la de socorro, en la que se establece el puesto sanitario avanzado. Allí la importancia estaba en salvar al mayor número de personas y evitarle lesiones incompatibles con la vida.
Valoración
Para la valoración se contó con tres observadores, que fijaban y controlaban los tiempos, la administración de fármacos y fluidos y el control de las hemorragias para que todo se hiciese de manera correcta. Todos ellos eran instructores de soporte vital básico y avanzado con DESA. «Todo se hizo en hora y de manera correcta», señala Alfonso Yáñez, tutor del curso.
«Siempre hay cosas que mejorar, pero el resultado ha sido bueno. Yo siempre les hago ver qué hubiesen hecho si se hubiesen encontrado esto el primer día de curso, y todos estamos de acuerdo en que hubiese sido un completo desorden. Cuando ya han aprendido a clasificar, aplicar soporte vital avanzado y avanzado al trauma, pediatría, el manejo de las catástrofes y organización en los puntos, entonces sale algo como lo que ha salido. ¡Un buen simulacro!», destaca Yáñez.
El docente apunta también a que este tipo de ejercicio es fundamental para que en la futura vida profesional los alumnos visualicen fácilmente cada paso que tienen que dar. Dado que en este tipo de situaciones “no es sólo necesario atender a las víctimas». Es importante que los estudiantes aprendan en qué consiste la colaboración institucional, y conozcan qué tiene que hacer cada uno en una situación así. «Porque nosotros estamos solamente en el plano sanitario, pero si no tenemos un ambiente seguro nada sería posible».