MARINA VIEIRA.- La violencia hacia personal sanitario en las unidades de emergencias está creciendo de forma muy alarmante, la seguridad de los trabajadores de salud está en riesgo y por ello las organizaciones asistenciales están exigiendo desarrollar medidas al respecto. Esto ha llevado a investigadores de la Universidad de Indianápolis (EEUU) a analizar toda la literatura sobre teorías de actuación e identificación de pacientes violentos, para poder crear un efectivo protocolo de prevención de riesgos ante pacientes con comportamientos violentos, el estudio ha sido publicado recientemente por la Emergency Nurses Association (ENA).
La herramienta se ha desarrollado con un triple propósito, por un lado quiere prevenir la incidencia en la salud de los trabajadores sanitarios, por otro establece las claves para actuar ante casos de suicidio y resuelve las dudas de cómo anticiparse a un paciente que pueda actuar de forma agresiva. Este mecanismo puede ser de utilidad para la enfermería para identificar situaciones en las que pueden encontrarse en riesgo, saber cómo protegerse a sí mismos o a su organización ante malas actuaciones o malas decisiones en caso de una situación de violencia.
Este protocolo ha sido creado especialmente para las unidades de emergencias, psiquiatría, médico-quirúrgica y unidades de cuidados intensivos. “En el momento de elegir un protocolo, es importante comprobar su validez ya que utilizar uno no adecuado puede generar más riesgos que actuar sin él, porque otorga al personal sanitario una falsa sensación de seguridad” declara Natalie Calow, autora principal de la investigación, en su estudio. Por ello, en su trabajo se han centrado en analizar la existencia de diferentes protocolos y comprobar su efectividad.
El papel de la enfermería es vital para controlar y mitigar los comportamientos violentos en los servicios de emergencias. El análisis de situaciones reales es fundamental para realizar protocolos efectivos, por ello, el estudio realizado por investigadores de la Universidad de Indianápolis se ha centrado en contrastar la hipótesis de que un protocolo de prevención de riesgos reduce las posibilidades de que el personal sanitario se vea expuesto a una situación de violencia.
Juan Carlos Gómez, enfermero experto en Urgencias y Emergencias considera esencial contar con protocolos de este estilo para reducir los riesgos del personal sanitario en urgencias y emergencias, “hay que tener en cuenta dos cosas frente al paciente agresivo, que no se genere más daño a sí mismo y que no genere daño al entorno”, por ello, añade que “es fundamental que el protocolo establezca las claves de cómo erradicar la tensión o como mínimo la mantenga en el estado en el que está, ante todo se tiene que evitar aumentar la agresividad del paciente”. También puntualiza que un protocolo de prevención de riegos debe contar con unas directrices sobre “el acercamiento al paciente agresivo, se ha de describir cómo debe ser esa aproximación”. Además deberá contar una guía sobre aquello esencial en lo que hay que fijarse para prevenir comportamientos agresivos “observar las manos, los peligros del entorno inmediato y mediato que le rodea o el lenguaje corporal del paciente entre otros, pueden salvarnos de una crisis agresiva” concluye.
Una conclusión compartida con los autores del estudio que tras analizar toda la literatura al respecto consideran que “el uso de un sistema estandarizado de detección temprana de comportamientos violentos y el desarrollo de un protocolo de aislamiento, reducen los ataques violentos y en consonancia la violencia hacia el personal sanitario”, además en las reflexiones de su estudio añaden “que muchos protocolos ya desarrollados para unidades hospitalarias pueden ser extrapolables a unidades de emergencia”.
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