DAVID RUIPÉREZ.– Cuando en los medios de comunicación enfermeros o sanitarios se habla de prendas de vestir el contexto suele circunscribirse a los ofensivos y machistas disfraces de enfermera que menosprecian a la profesión y a la mujer en general. Sin embargo, en ocasiones moda y enfermería se dan la mano. Desirée Arellano es una enfermera de Pamplona que trabaja en el Hospital Universitario de Navarra y que un día decidió crear MATSU Studio, una firma de moda fresca y con diseños muy imaginativos, con unos valores claros y con los que no piensa romper. Canal Enfermero la entrevista en un “showroom” de Madrid en plena vorágine de trabajo creativo.
¿Qué fue primero, la enfermería o el diseño?
A los cuatro años me operaron de una comunicación interauricular en la Clínica Universitaria de Navarra y sí que pasé bastante tiempo por los hospitales. Eso ya te marca, nos ha ocurrido a muchas enfermeras. Los cuidados, la atención, el ambiente… Y sí, me dejó marcada y siempre tuve claro que quería ser enfermera. Pero en casa también viví el tema de la ropa y todo se acaba fundiendo.
Siempre tuve claro que quería ser enfermera”
Las enfermeras habéis vivido situaciones durísimas derivadas de la pandemia, habéis visto más de cerca todavía la muerte y el sufrimiento. No sé si el tema de diseñar, de crear piezas nuevas, te supone una vía de escape, para olvidar todo lo malo, para evadirte del estrés. ¿Es tu caso?
Yo realmente he sido una afortunada en el escenario de pandemia. Estuve en urgencia de Radiología con el TAC y el escáner y hemos estado muy bien todo el equipo. Teníamos muchos casos, pero creo que he sido una privilegiada en cierto modo, porque el trabajo era más ordenado. Sin embargo, para mí el diseño sí que me ha dado una salida. Dejaba el hospital, durante el tiempo de confinamiento estábamos en casa, pero cuando ya pudimos salir yo me iba al estudio, como otros van al gimnasio o a pintar y yo estoy en el estudio creando, los tejidos, el color, pensar cómo vestirnos en el futuro… Todo eso me da mucha energía.
Otras van al gimnasio, yo voy al estudio a crear”
¿Estableces relaciones entre la moda y la enfermería? ¿Con los uniformes, por ejemplo? ¿Los cambiarías? En algunos centros siguen siendo un poco “clásicos”, ¿no crees?
Le he dado vueltas a eso. Al final hay unas pautas comunes, ir cómoda, que sea fácil de poner, de lavar, el algodón… Hay una serie de requisitos que se van cumpliendo, pero a mí me parece importante la gama de colores, por ejemplo. Cuando voy a otros hospitales reconozco que me fijo, pero los que se utilizan en Pamplona a mí me gustan.
¿Cómo definirías tu línea? He visto cosas un poco vintage, colecciones inspiradas en las playas señoriales de Biarritz por ejemplo…
Me gusta evocar un poco el pasado, en los clásicos, para intentar que sea una moda más atemporal y que sean prendas que nos duren, que sean fáciles de poner en distintas situaciones y que nos duren en el armario. Pero que sea sencillo no quiere decir que caigamos en lo aburrido, que nos dé vida. Es cierto que nosotros en el norte tenemos una gama de grises, azules, negros, caquis y parce que no salimos de ahí. Muy serio todo, pero la realidad es que vas por San Sebastián y ves mujeres vestidas de colores igualmente y eso alegra.
Me gustan las prendas clásicas, que no pasan de moda”
Si te dan a elegir, porque ya no puedas compatibilizar ambas actividades, entre el diseño y la enfermería… ¿el servicio clínico que quieras en el hospital que quieras o presentar tus colecciones en París, Milán o Nueva York?
Ahora mismo elegiría lo de presentar las colecciones, pero porque soy muy inquieta, de emprender, de probar cosas nuevas, en resumen, quiero evolucionar. Pero llegará el momento que diré “hasta aquí he llegado” y, aunque siguiera haciendo trabajos pequeños en moda, querría situarme dentro de la enfermería. La enfermería nos da mucho poso para la vida, más tranquilidad para vivir nuestras vidas y son valores que se aprecian con el tiempo.
Pero la moda a veces ha influido sobre la salud, como cuando se habla de que se puede fomentar la aparición de trastornos de la alimentación por la extrema delgadez que se veía en las pasarelas, aunque también puede elevar l autoestima bien entendida. ¿Cómo ves este asunto?
Los que pasa con la moda, sobre todo con la moda que hemos vividos en los medos, es que se ha exagerado y pervertido todo, pero la moda, como imagen, como cuidado, como autoestima, todos sabemos la seguridad que proporciona. Quizá ha habido un abuso durante mucho tiempo, pero todo esta cambiando. Pero hay otras etiquetas, la de modelos “curvi”, por ejemplo. Pues tampoco me gusta. Somos más diversos que todo eso. Cada vez hay modelos más mayores o diferentes, todo eso va teniendo cabida.
Y por si no tenías suficiente con esta vorágine de enfermería y moda decides abrir una pizzería…
Antes de la pandemia me he dedicado también mucho tiempo a la gastronomía y me encanta la comida, es un pilar importante en mi vida, he viajado, he probado restaurantes, había que recuperarlo y hemos creado una pizzería “take away” en Pamplona, una pizzería que es una cucada. Queríamos que fuera un lugar donde entrase la gente y notara cierta alegría, a bien estar, es rosa y los uniformes son de cuadritos, amarillos, rosas… con alegría. Se llama Cicciobella y estamos encantadas. Está teniendo mucha aceptación, son productos artesanales, ricos y sanos, que no sea pesada, que sea baja en sal.