FERNANDO RUIZ.-  Mayte Martínez Sardina es enfermera desde hace 22 años. En la actualidad trabaja en la Unidad de Cuidados Intensivos de un Hospital de Madrid. Empezó a escribir a modo de diario, sus vivencias en la UCI durante esta crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19. Diario de una enfermera de cuidados intensivos es el primer libro que publica, y se animó a escribirlo porque, según dice, suele “escribir las cosas que son importantes y sabía que iba a vivir algo que supondría un antes y un después en mi vida, pero no me imaginaba que sería tanto”.

Detrás de cada profesional sanitario hay una vida personal”, afirma la autora de esta obra “Hemos sufrido, hemos llorado y hemos llegado en ocasiones al límite de nuestras fuerzas. Pero también hemos reído, nos hemos emocionado y hemos sentido el cariño de la gente, de nuestros seres queridos y sobre todo de nuestros compañeros” afirma Mayte

Esta escritora novel asegura que si eres sanitario te sentirás muy identificado al leerlo, “y si no lo eres, conocerás más de cerca la realidad que hemos vivido.” Mayte espera que este libro llegue a cuanta más gente mejor porque “es necesario contar no mi historia, sino nuestra historia, la de todos los sanitarios. Y que las familias también sepan que siempre estuvimos al lado de sus seres queridos, aunque no pudieran acompañarle”

Mayte asegura que su inspiración mientras escribía era transmitir la situación que están viviendo los sanitarios y concienciar a la población para que no se repita lo mismo. La enfermera confiesa que hay dos experiencias que fueron las más duras en este libro: personalmente fue el ingreso de sui madre y profesionalmente fue el fallecimiento de su primer paciente con este tipo de patología tras limitarle el esfuerzo terapéutico.

También ha experiencias positivas a la hora de enfrentarse a la pandemia. Mayte añade que quizás, “la más gratificante fue la reincorporación de una compañera que estuvo ingresada y mucho tiempo enferma . Volverla a ver y celebrar su vuelta al trabajo y su salud fue muy emotivo. También poder acercar a las familias y los pacientes a través de videollamadas,cartas y audios”.

Llega a decir incluso que esta situación que han vivido las enfermeras en nuestro país es lo más parecido a una enfermería de guerra. “No teníamos recursos humanos ni materiales suficientes. No había personal porque se iban contagiando, había enfermeros de otras unidades sin experiencia en cuidados críticos, una mayor mortalidad y gravedad en los pacientes, una sobrecarga de trabajo que estaba por encima de nuestras posibilidades y hacia qué no pudieras realizar cuidados básicos y sólo te limitaras a proporcionar cuidados de supervivencia.”

Asegura que lo que más ha echado de menos ha sido no poder ver a su familia y amigos. “Y el contacto físico porque a veces he necesitado un abrazo que me reconfortara”, concluye

Diario de una enfermera de cuidados intensivos está ya a la venta