REDACCIÓN.- Las enfermeras cántabras Alejandra Martínez y Marcela Manso tienen claro la importancia del cuidado emocional de los enfermos y lo que influye en la mejoría de su diagnóstico. Gracias a esta convicción y a su vocación de cuidado en todos los sentidos, desde una perspectiva holística, ambas pensaron en cómo conseguir alegrar a sus pacientes más graves con Covid-19 y tuvieron la idea que han puesto en marcha en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de Valdecilla: una vía de comunicación entre los enfermos, muchas veces sin posibilidad de hablar o expresarse, y sus seres queridos. Y así nació el mail tuvozenlauci.humv@gmail.com que en su primer día de actividad ya registró muchísimos mensajes para ingresados en la UCI. Un éxito que continúa vivo tras varios días de este servicio fuera de los protocolos de los cuidados pero muy dentro de humanizarlos para conseguir que los enfermos se sientan mejor y que sus familiares estén más reconfortados. Alejandra Martínez explica cómo consiguieron poner en marcha algo tan sencillo, y a la vez imposible hasta hace unos días, con consecuencias muy positivas para los enfermos más vulnerables del sistema de salud.
¿Cuéntanos la iniciativa y su objetivo?
La iniciativa consiste en la creación de un correo electrónico que es: Tuvozenlauci.humv@gmail.com para que los familiares o seres queridos de los pacientes que tenemos ingresados en la UCI COVID, pueden enviar cartas, audios, dibujos, fotos, videos… y nosotros se lo hacemos llegar. Nosotros somos los encargados de informar a las familias de la existencia de este email a través de una llamada telefónica, aunque en la mayoría de los casos se han ido enterando mediante las redes sociales del hospital. El objetivo de esta iniciativa es una comunicación familia-paciente, es cierto que es una comunicación unidireccional, es decir, de momento la familia no recibe un feedback del paciente, aunque estamos trabajando para poder establecer videollamadas, aunque el porcentaje de pacientes conscientes es bastante menor.
¿Cómo se os ocurrió?
La idea se nos ocurrió a mi compañera Marcela y a mí. Fue en un turno de noche a las 4 de la mañana, teníamos un paciente joven ingresado, consciente y llevaba 6 días en la UCI, tenía 4 hijos y estaba completamente aislado. Es ahí donde empezamos a pensar que esta no podía seguir ocurriendo y que teníamos que hacer algo para cambiar esta situación.
¿Cómo reaccionan los pacientes cuando les contáis noticias de los suyos?
Se emocionan mucho y les tranquiliza tanto que es casi la mejor terapia para combatir la ansiedad.
¿Notáis en la mejora del ánimo de los enfermeros avances en su recuperación?
Desde luego que si, cuando ellos están tranquilos y saben que las cosas fuera están estables, eso les da muchísima fuerza para seguir adelante y no rendirse. Personalmente, creo que el estado de ánimo influye directamente en la mejora clínica de la enfermedad.
Estos son momentos muy emotivos y de un estrés especial ¿cómo lo lleváis los profesionales?
Estamos trabajando bajo mucha presión psicológica y física. Al principio de la pandemia teníamos mucho miedo, no sabíamos a que nos enfrentábamos, cambiamos nuestra forma de trabajar habitual, se crearon nuevos equipos de trabajo, en mi caso formé parte del primer grupo de voluntarios para atender a pacientes COVID en la UCI. Estos primeros momentos fueron difíciles para todos, éramos profesionales de distintas UCIs, por lo que tuvimos que aprender a trabajar bajo unos nuevos criterios, enfrentados a un virus completamente desconocido y con los famosos EPIs, todo esto dificultaba mucho el trabajo. Poco a poco fuimos aprendiendo la nueva dinámica de trabajo, lo principal era una buena comunicación interdisciplinar, y es lo que más no ha ayudado a que las cosas fueran saliendo bien, sumado a la gran predisposición de todo el equipo.
Es cierto que psicológicamente nos está afectando a todos mucho, la situaciones personales de cada paciente, al final, es inevitable vivirlas casi como si fueran nuestras, las alegrías se celebran por todo lo alto, pero las penas…ay! las penas… esas también nos las llevamos en la mochila a casa. Todo eso sumado a las situaciones tan estresantes y momentos tan críticos que se viven cada día en la unidad. En nuestras libranzas intentamos desconectar, pero son tantos los grupos de Whastapp, las noticias, las llamadas o mensajes, que se hace complicado.
¿Crees que esta crisis puede cambiar la vida de profesionales y pacientes?
Creo que esto va a marcar un antes y un después en la vida de todos, en la vida de los profesionales que estamos en primera línea, en los pacientes y en toda la gente que se ha quedado en sus casas durante el confinamiento y está ayudando a frenar este maldito bicho. Una mañana amanecimos y la vida nos cambió por completo. Habíamos dejado de ser libres, se empezó a valorar el trabajo de los sanitarios y de la sanidad pública. Como siempre, seguimos teniendo mucho trabajo por delante, pero una vez más se ha demostrado que somos esenciales, trabajamos bajo condiciones en muchos casos precarias, pero seguimos adelante y no abandonamos porque tenemos algo que se llama »vocación» que es más fuerte que todo lo demás. Estamos descubriendo que la unión y la solidaridad es lo que puede ayudar a cambiar el mundo y no creo que vamos a olvidarlo tan fácilmente o eso espero…
Para terminar, seguro que hay alguna anécdota especial o algo de esta iniciativa que os haya marcado especialmente…
Lo que más me ha impresionado de la iniciativa que hemos llevado a cabo es que a las pocas horas de que se compartiera en las redes sociales del hospital la existencia de este nuevo correo para los pacientes ingresados en la UCI por COVID, el correo se llenó de cientos de mensajes de apoyo, de ánimo, dibujos de niños, cartas… fue muy emotivo saber que estaba toda esa gente al otro lado enviándonos, tanto a nosotras como profesionales, como a los pacientes, fuerza para seguir y no rendirnos nunca.