ÁNGEL M. GREGORIS.- Tras más de un año de crisis sanitaria por la pandemia de COVID-19, el planeta empieza a ver la luz al final del túnel con la llegada de las vacunas. Cuatro meses ininterrumpidos de campaña para inmunizar a la población y poder cerrar una etapa negra para la sanidad mundial. Con el objetivo de ayudar y conseguir el objetivo del 70% de vacunados antes de que acabe el verano, son muchos los profesionales que han prestado su mano de obra para alcanzarlo. Entre ellos, cientos de enfermeras y enfermeros jubilados, que se han puesto a disposición de las administraciones para participar en la vacunación masiva.
Las enfermeras cordobesas María Jesús Ocaña y Paqui Rivas no dudaron ni un momento en presentarse voluntarias para formar parte de la lista que están preparando en la consejería de Andalucía por si en algún momento necesitasen incorporarlas a los equipos.
María Jesús lleva jubilada casi tres años, después de trabajar en Cuidados Paliativos y Atención Primaria. “Pienso que estamos todavía en buenas condiciones tanto físicamente como moralmente y sería un gran apoyo para nuestros compañeros, que son un colectivo excesivamente castigado durante la pandemia”, afirma. Por su parte, espera poder colaborar con todo lo que se plantee.
Del mismo modo opina Paqui, que lleva cuatro años jubilada y ha trabajado en la zona quirúrgica del Hospital Reina Sofía de Córdoba y en el servicio de Oftalmología. “No me cabía otra cosa en la cabeza que la de salir a ayudar a mis compañeras, a la sociedad y a mí misma. Me sentía incómoda en casa cuando veía tanto trabajo y necesidad de colaboración”, subraya. En definitiva, Paqui resalta que “estamos aquí para dar ejemplo y colaboración”.
¡Hola! Quisiera mostrar mi indignación a estas dos enfermeras jubiladas, ya que se tenían que dedicar a disfrutar de su jubilación y no QUITAR dos puestos de trabajo y que sea la Junta de Andalucía los que se preocupen de cubrir las necesidades contratando enfermeras en paro.