IRENE BALLESTEROS.- Sensibilizar, promocionar y visibilizar el acogimiento familiar dentro del colectivo de enfermería ha sido uno de los objetivos de las III Jornadas Nacionales sobre Enfermería y Protección a la Infancia organizadas por el Consejo General de Enfermería (CGE) y el Hospital Universitario Niño Jesús, en Madrid. Un encuentro en el que se ha querido ofrecer información y formación a las enfermeras sobre los principales sistemas de protección a la infancia para mejorar su atención, especialmente cuando los menores presentan necesidades especiales.
“Hay una sensibilización hacia la importancia que tiene no solo la asistencia sanitaria tradicional, sino que hay muchos otros niños que están atendido por otros dispositivos sociosanitarios como los temas que estamos abordando en esta jornada, como son la salud escolar, la protección, los niños con problemas de discapacidad o cuidados paliativos. Es decir, hay una diversidad de situaciones sanitarias que requieren las intervenciones de las enfermeras, de las cuales no hay mucha formación y casi incluso surge la necesidad de sensibilización hacia las necesidades y problemas de estos niños”, explica José Antonio Díaz Huertas, presidente del Comité Científico sobre Infancia y Adolescencia del Colegio de Médicos de la Comunidad de Madrid (ICOMEM).
Educación especial
En la protección a la infancia y adolescencia una parte fundamental es la educación. Un derecho universal para todos, y también para niños que presentan necesidades especiales o incluso pluripatologías. Para ellos, contar con una enfermera de referencia resulta fundamental en su día a día. “Todos los niños tienen derecho a la escolarización. En educación especial entran niños con pluripatologías y niños con necesidades educativas especiales. Para que esos niños puedan estar en el colegio tiene que haber un servicio sanitario que cuide y que valore y atesore esa salud. Por eso tenemos que estar las enfermeras para que estos niños puedan acceder con todos los recursos y garantías al aula. Y, por supuesto que su vida sea más sencilla. Para eso están los equipos sanitarios en los centros de educación especial, y en general, su presencia debería estar en todos los colegios, puesto que en todos siempre hay algún niño con necesidades educativas especiales y que tienen necesidades de salud”, expone Natalia Llanas, supervisora de Enfermería del Centro Público de Educación Especial María Soriano, en Carabanchel (Madrid).
Cuidados paliativos
La jornada también ha puesto sobre la mesa la situación en la que se encuentran las familias de niños que no superan una patología compleja. A pesar de su importancia, los cuidados paliativos pediátricos y la muerte en la infancia siguen siendo un tema tabú que hay que abordar para garantizar unos cuidados físicos, psíquicos y emocionales de calidad. “Es una realidad que los niños se mueren. Abordar ese tema resulta difícil de entender. Existe una gran variabilidad de enfermedades en los programas de cuidados paliativos pediátricos, no solo cáncer, y por lo tanto, surgen muchas necesidades de todo tipo en estos niños. Necesidades físicas, psíquicas, emocionales, espirituales, sociales, en la familia, por lo tanto se aborda de una manera multidisciplinar, por eso somos muchos en los equipos”, cuenta Carmen Molina, enfermera de cuidados paliativos del Hospital Universitario Niño Jesús, en Madrid.
La muerte de niños supone un gran impacto en las familias, los sanitarios y la sociedad. Sigue siendo un hecho para el que el ser humano sigue sin estar preparado. Para gestionar el duelo y abordar la muerte en la infancia, las enfermeras cuentan con programas de atención especiales. “Después de fallecer un niño, hay un programa de seguimiento con la familia, atendemos el duelo y se continúa con la atención, precisamente por el gran impacto que esa muerte tiene en todo el entorno”, sigue la enfermera de cuidados paliativos.
Acoger+
Los niños con patologías crónicas y complejas en número son pocos, pero cuentan con grandes e intensas horas de cuidados. Niños que no solo requieren de cuidados específicos en lo físico, sino también en lo social y psicológico y donde el proyecto Acoger+, impulsado por el Consejo General de Enfermería les brinda una nueva oportunidad. Así sucedió en el caso de Patricia Fernández, una enfermera del Hospital Puerta de Hierro, en Madrid, que se sumó a esta iniciativa y que finalmente adoptó a una menor con necesidades de salud especiales. “A los enfermeros nos da menos miedo todo el tema sanitario, tenemos la facilidad de saber movernos en este entorno, en los hospitales, consultas… y proporcionar a los niños esos cuidados extras. Aunque al final, lo prioritario es que tengan una familia que les quiera, porque luego los cuidados se aprenden de todas formas”, concluye esta enfermera y madre por acogida y adopción.