REDACCIÓN.- Aproximadamente 800.000 personas se suicidan al año. Esto se traduce en una muerte por suicidio cada 40 segundos. En la actualidad, el suicidio produce más muertes que los homicidios y las guerras juntos, un dato escalofriante que hace saltar las alarmas y poner en entredicho las políticas de prevención del suicidio que, en muchos países como España, son prácticamente inexistentes.
Sin embargo, a pesar del estigma que gira en torno a él y que impide su aceptación, el suicidio es prevenible. Pero, para ello, es imprescindible dotar al personal sanitario de la información adecuada sobre cómo tratar a este tipo de pacientes, además de eliminar los mitos que existen. Para ello, la enfermera Elisa Blasco ha llevado a cabo el estudio Revisión bibliográfica: Cuidados de enfermería en la prevención del suicidio que pretende recoger y complementar toda la documentación publicada actualizada y necesaria que el personal de enfermería y sanitario debe conocer para poder tratar con este tipo de pacientes, además de reducir el tabú que acompaña en torno al suicidio para poder realizar los mejores cuidados enfermeros individualizados y disminuir así la incidencia y el número de recaídas.
Prevenir el suicidio
El estudio se desarrolla con el objetivo de conocer los aspectos relativos a la prevención primaria del suicidio: cuáles son sus factores de riesgo, protectores y señales de alarma. Durante el desarrollo del estudio también se enumeran las herramientas de la prevención secundaria para la valoración del riesgo de suicidio y analizar la actuación enfermera ante un paciente hospitalizado con intento de suicidio. Así, se logra describir las posibles intervenciones de enfermería durante el proceso de rehabilitación tras un intento de suicidio dentro de la prevención terciaria.
En este contexto, la labor de la enfermera resulta esencial en la prevención del suicidio, ya que está considerada como una figura relevante por ser quien más permanece en contacto con el paciente. Su labor comienza por conocer los factores de riesgo más importantes, seguida de la evaluación objetiva de la situación de riesgo mediante diferentes escalas validadas. “Durante la hospitalización es de vital importancia llevar a cabo una valoración completa en la que se incluya toda la información relacionada con el intento de suicidio para poder adecuar el tratamiento y seguimiento de la mejor manera posible”, afirma el estudio. Así llega a la conclusión de que el personal de enfermería debe llevar a cabo una valoración individual exhaustiva del paciente, además de proporcionarle una vigilancia y seguridad durante su estancia hospitalaria. El seguimiento a posteriori del paciente tras el alta es una de las medidas más efectivas que disminuyen el riesgo de recaídas.
Cuidados enfermeros
El tratamiento por parte de las enfermeras se basa en mantener una correcta relación terapéutica con la cual el paciente se sienta cómodo para expresar sus ideas y pensamientos. La “enfermería debe indagar sobre el intento de suicidio, qué sentimientos o pensamientos hicieron tomar la decisión y el objetivo que pretendía alcanzar. Una vez realizada la valoración inicial, la enfermera evaluará el riesgo de suicidio existente para adoptar una serie de precauciones ambientales que permitan proteger al paciente”, afirma la enfermera.
En los casos de suicidio el personal de enfermería no sólo brinda cuidados durante la hospitalización de los pacientes, sino que también ofrece apoyo emocional. Las enfermeras “deben mostrar normalidad y validación en aquello que está sintiendo, además de ofrecerle una serie de recomendaciones al alta. De esta manera se proporciona al paciente una confianza que resulta en una mejor adherencia al tratamiento y asegura una mejor calidad de vida”, cuenta la enfermera.
A pesar de que el suicidio es la primera causa de muerte no natural en España, se sigue sin depositar la importancia que merece en cuanto a su prevención, detección y tratamiento, observando a su vez una escasez de protocolos para su prevención a nivel nacional y local. Por ello, este estudio pretende reflejar la necesidad de desarrollar iniciativas y políticas de prevención que pongan en práctica la información actual para frenar la incidencia de esta lacra silenciada donde la figura de la enfermera es fundamental.