EUROPA PRESS.- Un estudio dirigido por la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda (REIDE) confirma que los programas de educación sanitaria para prevenir o mejorar el dolor lumbar son efectivos en el ámbito cultural hispano y en todas las edades, incluso durante la escolar.
La investigación, que es una revisión sistemática de todos los estudios científicos realizados en el mundo para evaluar el efecto de la educación sanitaria dirigida a los pacientes del ámbito cultural hispano con dolor lumbar, ha sido publicada en Journal of Environmental Research and Public Health.
Así, cuenta con la participación de expertos pertenecientes a la Unidad de la Espalda del Hospital Universitario HLA-Moncloa de Madrid, al Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad del País Vasco; al Instituto de Biomedicina (IBIOMED) de la Universidad de León, y al Departamento de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Salamanca.
Según el estudio, si bien el programa educativo sobre manejo activo es el más contrastado y también el más breve y sencillo, todos los programas evaluados han demostrado ser efectivos.
Investigación
Para Francisco Kovacs, director de REIDE y primer coautor del estudio, «esta investigación demuestra que la información que se aporta a los pacientes tiene efecto y que, cuando la información que se transmite está contrastada científicamente, puede contribuir a prevenir las dolencias lumbares y reducir su impacto”.
«Además, algunos programas han demostrado tener un efecto de una magnitud clínicamente significativa y ser sencillos, por lo que deberían aplicarse rutinariamente en el ámbito asistencial», afirma el coautor del estudio.
El objetivo de los programas educativos es empoderar al paciente que presenta dolor lumbar, al enseñarle cómo puede ayudarse a sí mismo, así como disminuir su ansiedad, reducir su grado de discapacidad y la intensidad del dolor, acortar la duración del episodio y reducir el riesgo de recaídas en el futuro.
Lumbalgia
Estudios previos habían demostrado que los factores psicosociales que influyen en la evolución de la lumbalgia varían de un entorno cultural a otro. Así, por ejemplo, el catastrofismo o la reducción del miedo juegan un papel relevante en los entornos escandinavos y anglosajones, mientras que su influencia es nimia o inexistente en el hispano.
Por eso, algunos programas educativos efectivos en un entorno cultural concreto pueden no serlo en otros, y esta revisión sistemática se centró en los estudios desarrollados específicamente en el entorno hispano. La revisión detectó 1.148 artículos científicos, de los que se analizaron los nueve ensayos clínicos realizados en el entorno cultural hispano.
Esos ensayos habían evaluado programas de educación de cuatro tipos: sobre ergonomía e higiene postural (enseñan cómo realizar las actividades diarias minimizando el esfuerzo y la carga para la columna vertebral); manejo activo (centrados en evitar el reposo en cama y mantener durante el episodio doloroso el mayor grado de actividad física que permita el dolor); de ejercicio (enseñan a realizar estiramientos o ejercicios para la musculatura implicada en el funcionamiento de la columna vertebral), y de neurociencia del dolor (enseñan al paciente cómo se genera y transmite el dolor, ayudándole a asumir que «dolor» no significa necesariamente «lesión» ni implica siempre una alarma).
Placebo
Algunos de los estudios incluidos en la revisión sistemática habían comparado la eficacia o efectividad de esos programas frente a no hacer nada y frente a programas que se consideraron «placebo» para el tratamiento o prevención del dolor lumbar (como programas educativos sobre la importancia de la dieta y el peso corporal, o de salud cardiovascular).
Otros estudios habían comparado distintos programas educativos entre sí, aunque solo existían comparaciones directas entre algunos de ellos. Así, aunque todos demostraron ser efectivos para transmitir los conocimientos que pretendían difundir, la educación sobre manejo activo demostró obtener resultados que fueron mejores que los de la ergonomía e higiene postural, tanto en adultos como en ancianos, y que no mejoraron más cuando se añadieron sesiones de fisioterapia y educación sobre ejercicio.
Por otra parte, el único ensayo clínico sobre neurociencia del dolor demostró que añadir este programa educativo mejora los resultados de un programa sobre ejercicio.
La complejidad de los diferentes programas educativos fue muy distinta. Por ejemplo, los de manejo activo requirieron una única charla de 20 minutos a un grupo de hasta 20 personas y la entrega de un folleto explicativo.
Neurociencia
Los de neurociencia del dolor supusieron dos sesiones de 30-50 minutos con proyecciones a grupos de 4-6 personas, y la entrega de un folleto. Y algunos de los de ergonomía e higiene postural, combinados con educación sobre ejercicio, requirieron sesiones presenciales y la visualización diaria de un vídeo de 11 minutos, de lunes a viernes, durante 9 meses.
Por todos esos motivos, los autores de la revisión sistemática sugieren aplicar en Atención Primaria el programa educativo sobre manejo activo, que es el más contrastado y además el más breve y sencillo, y completarlo eventualmente con otros programas más complejos e intensivos en caso necesario.
Tal y como recuerdan los autores, el dolor lumbar inespecífico es la primera causa de discapacidad en todo el mundo, y el dolor crónico que genera más gasto social. Se define como el dolor en la zona lumbar, acompañado eventualmente de dolor irradiado a la pierna, y que no se debe a una alteración estructural del raquis (como hernia discal o estenosis espinal sintomáticas) ni a traumatismos directos ni enfermedades sistémicas, como infección, neoplasia, o afecciones metabólicas, endocrinas, ginecológicas o digestivas.