GEMA ROMERO.- Desde el inicio de la pandemia, la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP) puso en marcha este estudio con el fin de identificar y dimensionar el impacto de la COVID-19 en las personas con enfermedades crónicas en España. En la última oleada de datos que acaban de presentar se pone de manifiesto que el 43% de los pacientes crónicos ha visto agravada su patología o han aparecido nuevos síntomas para los que han necesitado una media de 118 días para recibir diagnóstico y tratamiento.

Los pacientes crónicos están siendo uno de los grandes colectivos perjudicados con la pandemia. El colapso de los centros sanitarios en la primera ola o el cierre de la actividad presencial están pasando factura. Como el primer paso para solucionar un problema consiste en ponerle cifras, la Plataforma POP ha realizado un estudio, en tres oleadas, para buscar esos datos. Así, en la tercera fase, que comprende un total de 473 entrevistas entre el 18 de mayo al 14 de junio de 2021, se recogen datos relativos a la atención sanitaria y el grado de satisfacción de los pacientes, así como otros aspectos más recientes, como la vacunación. En esta parte se ha centrado más en la percepción de salud y calidad de vida.

Entre los datos que han presentado en rueda de prensa María Gálvez, directora de la plataforma ha destacado que en esta tercera oleada se ha visto cómo se han incrementado el número de consultas virtuales o telefónicas, pasando del 27% al 37%. También se han espaciado las citas y se ha reducido el número las personas que han podido realizar su seguimiento con normalidad. Además, si bien en la primera fase los pacientes se mostraban satisfechos con la atención telemática, ahora el 57% se muestra insatisfecho con este tipo de atención. “Conforme pasan los meses y se ve que no hay mejora y recuperación en la asistencia, va empeorando la perfección”, subraya Gálvez.

Así, se demuestra que el 43% de los pacientes han visto cómo empeoraba su salud, y si aparecían nuevos síntomas tardaban de media 48 días en obtener asistencia sanitaria, 62 días hasta que les realizaban las pruebas que necesitaban un total de 118 días de media para lograr un diagnóstico y tratamiento.

Para María Gálvez, “una de las cosas que más llama la atención es que ha aumentado del 7 al 20% las personas que habían tenido dificultades para el acceso a la medicación por haber caducado su receta electrónica, lo que les genera ansiedad para acceder a su tratamiento. Pasando del 15 al 30% las personas que se habían quedado sin medicación”. Ello ha provocado que tres de cada cuatro personas hayan convivido con algún tipo de dolor en este tiempo, una de cada dos con dolor moderado grave o extremo.

Propuestas

Para la Plataforma es preciso no olvidar a estos pacientes, en materia de prevención, por ello han solicitado que se cuente con las organizaciones de pacientes para mejorar y reforzar el sistema sanitario. Como señalaba María Gálvez, es preciso “retomar y agilar la atención a pacientes crónicos. Tenemos muchos datos de que está teniendo problemas en patologías que son muy graves. No podemos esperar más para identificar estos problemas de salud que pueden tener consecuencias fatales”, ha señalado.

Así, solicitan, entre otras cosas, que se invierta en atención Primaria, como puerta de entra al sistema, garantizar el acceso a los tratamientos, revisar los visados y la receta electrónica, definir un nuevo modelo de atención presencial y telemática, sin olvidar que es preciso atención a las necesidades emocionales de los pacientes con una nueva estrategia de salud mental.

Mesa redonda

Tras la presentación de los datos ha tenido lugar una mesa redonda en la que representantes de enfermeros, médicos y farmacéuticos han debatido junto a la presidenta de POP, Carina Escobar, cómo mejora la atención a estos pacientes. Sobre la mesa de debate la vacunación frente al COVID-19 de los crónicos, cómo mejorar nuestro sistema sanitario para atender a estos pacientes o a qué destinar los fondos europeos en materia sanitaria.

Así, los ponentes han coincidido en que, si bien fue un acierto iniciar la vacunación por los más mayores, quienes también sufren diversas patologías crónicas, pero no así fijar luego la edad como criterio para el acceso a la vacunación. De hecho, sólo el 43% de los pacientes crónicos han recibido alguna dosis de la vacuna. Así Diego Ayuso, secretario general del Consejo General de Enfermería, sostenía que “a decisión de vacunar a los más mayores era algo lógico, basado en la vulnerabilidad, en la evidencia de que eran los fallecidos. Pero el que no se haya priorizado la vacunación a crónicos no tiene ningún sentido. Con el escalado por franja de edad se ha dejado desprotegido a los pacientes con patologías crónicas”. Una decisión que tampoco entendía Enrique Gilabert, tesorero de la OMC.

Como exponía Carina Escobar, presidenta de la plataforma “el abordaje de la cronicidad ya era muy mejorable antes de la pandemia. El problema no sólo se ha agravado, necesitamos que los crónicos no sigan perdiendo, no podemos abandonarles más tiempo. Por eso es preciso que las organizaciones de pacientes colaboren con la administración. No sólo son necesarios más recursos, sino hacer las cosas de otra manera”.

A este respecto el tesorero de la Organización Médica Colegial, Enrique Gilabert, proponía que en todas las comunidades autónomas existiese “hospitales específicos para atender a pacientes COVID. No sabemos los años que vamos a estar sufriendo picos de episodios, como el actual. Es fundamental, tener circuitos bien diferenciados tanto en Atención Primaria como en hospitales. Tenemos que seguir viendo al resto de enfermos, porque si no se produce la gente se morirá de otras enfermedades que no son covid, porque ahora no les atendemos”, ha señalado.

Por su parte Diego Ayuso pedía el refuerzo de la Atención Primaria, como viene solicitando el Consejo General de Enfermería desde los inicios de la pandemia. “En España sólo se invierte el 14%, hay un déficit de 15.000 enfermeras sólo en este ámbito para poder dar atención de calidad. Los datos son dramáticos, demuestran la escasez de recursos y de personal. Test, seguimientos, contactos estrechos, vacunación, todo eso lo ha hecho primaria, dejando de lado la atención sanitaria de los pacientes. Hay que invertir más en primaria y con recursos útiles. Las enfermeras no pueden hacer atención de calidad en AP ni esa labor de continuidad asistencial, no están haciendo su trabajo. Pedimos refuerzos inmediatos”, ha subrayado.

En el caso de los farmacéuticos, Antonio Blanes, director de servicios técnicos del Consejo General de Farmacéuticos, señalaba que “ha habido una ruptura de la continuidad asistencial El volumen de necesidad de atención de los crónicos ha sido vital en la farmacia. Se ha puesto de manifiesto que es un pilar de la atención al paciente. Hay muchas vías que se deben explorar para mejorar la atención: eliminar visados, simplificar prescripciones… El sistema no aprovecha completamente todos los recursos que todos los nieles tienen. Hay medidas que no se aplican en todas las comunidades, hay que aprovechar las soluciones que se han visto que son óptimas”.

Para todo ello hace falta dinero, de ahí que una parte de los fondos europeos se vayan a destinar a Sanidad. En lo que coinciden todos los ponentes es que las administraciones públicas, ministerio y comunidades autónomas, deben contar con pacientes y profesionales para replantear el sistema sanitario.

Tal y como señalaba Diego Ayuso “no puede ser igual que antes de la pandemia, debemos reordenar el sistema, que es demasiado hospital-centrista. Son precisos cambios para que la atención se base en la prevención, para velar mejor por la calidad de vida de los ciudadanos”. A ello Gilabert añadía que es preciso invertir tanto en recursos estructurales como en recursos humanos e investigación. “Hay que darle una vuelta a todo y diseñar un nuevo sistema nacional de salud, para evitar que sea un sistema sanitario deficitario”. A lo que desde el Consejo General de Enfermería se alegaba que es preciso, sobre todo, invertir en enfermeras para poder llegar a las ratios europeas: “hay que planificar los recursos humanos a medio y largo plazo, es una prioridad absoluta para dar mayor calidad a los pacientes”, sostenía Diego Ayuso.

Finalmente, Antonio Blanes ponía el foco en la adherencia a los tratamientos. “No sirve de nada la atención sanitaria si luego el paciente no toma su tratamiento de forma adecuada. Es algo a mejorar, sin duda. También en temas de conciliación de medicación de distintos tratamientos, para evitar errores de fármacos. Son muchos los ámbitos en los que se tiene que seguir trabajando. También en el mundo rural, mejorando la conexión entre los distintos niveles de atención”, concluía.