GEMA ROMERO.- El sueño constituye, o debería constituir, la tercera parte de nuestra vida. Numerosos estudios han demostrado que su privación favorece el desarrollo de múltiples problemas de salud. Además, también se conoce que existe una gran variedad de factores que pueden afectar tanto a la hora de conciliar el sueño como a su calidad. Entre ellos están los factores psicológicos, ambientales, socioculturales y económicos, donde también se incluye el tipo de trabajo con sus horarios.

Para evaluar la calidad del sueño del personal asistencial del turno de noche de un hospital de tercer nivel, un grupo de enfermeros del Hospital Clinic de Barcelona ha realizado un estudio, publicado en la revista Metas de Enfermería, en el que, utilizando un estudio descriptivo transversal, han detectado que casi el 65% de las enfermeras del turno de noche tienen una mala calidad del sueño, con una puntuación meda de 7,77 en la escala de Pittsburgh, relacionada directamente con sentir dolor. También observaron que la mala calidad del sueño tenía una escasa relación con la antigüedad en el turno de noche, y no pudieron encontrar relación entre las cargas familiares, el sexo o la edad de las enfermeras.

En el hospital Clinic de Barcelona los turnos de trabajo son alternos en horario de 22 a 8 h los lunes, martes, viernes, sábados y domingos, y a la semana siguiente miércoles y jueves, descansando el resto de los días. La población de estudio fue el personal de enfermería de las unidades de hospitalización que no fuera Urgencias, Cuidados Intensivos, Diagnóstico por Imagen o Laboratorio, con contratos fijos o de más de seis meses.

Con una tasa de respuesta del 72%, el estudio incluyó a 108 participantes con una media de 42,24 años y una antigüedad media de más de 17 años en el turno de noche. El 86% eran mujeres y el 58% tenía cargas familiares.

Para medir la calidad del sueño utilizaron la escala de Pittsburgh con la que evaluaron siete componentes distintos: calidad subjetiva del sueño, latencia, duración, eficacia habitual, alteraciones, uso de medicación para dormir y disfunción diurna. Según sus resultados “se observa que los trabajadores del turno de noche tienen discretamente alterada la calidad del sueño, con una media en el cuestionario de Pittsburgh de 7.77”. Además, “se ha comprobado que sobre todo está afectada la calidad subjetiva, la latencia y la alteración del sueño, siendo bajo el porcentaje de uso de medicación para dormir. De hecho, lo que sí han observado es “una relación directa entre sentir dolores y calidad del sueño”, independientemente de la antigüedad en el turno de noche.

Limitaciones del cuestionario

Por último, los autores, entre los que se encuentran enfermeros de la unidad de Geriatría de Agudos del Hospital Clínic de Barcelona, señalan las limitaciones del propio cuestionario Pittsburgh que sólo valora el sueño nocturno y no el diurno.

“Teniendo presente este factor, creemos que podría no reflejar la calidad real del sueño en los trabajadores de noche, donde se alterna sueño diurno y nocturno”. Además, también señalan que este cuestionario “sigue siendo un instrumento subjetivo, en donde las personas deben colocar su respuesta basándose en la memoria, lo que podría alterar los resultados”, finalizan.