MARÍA ALCARAZ.- La enfermería dermoestética es un campo en alza que cada vez despierta más interés entre la profesión enfermera y entre la población. Pero su carácter ‘emergente’ hacen necesario el desarrollo de este campo de desarrollo de competencias no solo desde lo asistencial, sino también desde la investigación. Además, desde la dermoestética se tiene una percepción de ‘rechazo’ por parte de otros gremios profesionales.

De esta base nace el estudio ‘Análisis demográfico de la enfermería dermoestética en España’, presentado en la I Jornada Científica Secudem por su autora, la enfermera María Esther Rodríguez López. La investigadora busca analizar la percepción de los propios enfermeros sobre el campo de la dermoestética.

Encuesta a enfermeras dermoestéticas

El estudio cuenta con las respuestas de 376 enfermeras y enfermeros con formación en esta área. El 46,8% de la muestra está entre los 31 y 40 años, y la formación académica de la muestra es la siguiente: el 73% cuenta con un máster, el 14,1% son especialistas y solo un 1,6% tiene el doctorado.

Asimismo, el 83,5% de los encuestados son mujeres, y el 31,9% ejercen la profesión en Madrid. El 9% en Valencia; y el 7,7% en Barcelona. Además, el 92% de las participantes contaban con menos de cinco años de experiencia en enfermería dermoestética; el 6,5% entre seis y 10 años; y solo el 1,3% más de 10 años.

“La especialización en dermoestética se da en un 52,4% de las veces por máster a título propio y el 44,4% por experto universitario”, explica la investigadora. Además, analiza la formación complementaria que hacen estas enfermeras. El estudio indica que el 93,1% de la muestra ha realizado cursos de formación de perfeccionamiento de técnicas. Dentro de estos, el 71% fueron monográficos individuales y un 60,1% cursos online.

Sobre el ámbito laboral en el que estas enfermeras ejercen la enfermería dermoestética, el 24,2% de las encuestadas posee una consulta privada de enfermería, y el 21% trabaja en un centro médico estético.

Autopercepción de la enfermera dermoestética

La autopercepción de las profesionales sobre su campo profesional refleja que todavía queda trabajo por hacer en lo que se refiere a visibilización. El 68,1% de las encuestadas considera que “no se puede ejercer libremente la dermoestética”. El 73,1% asegura que se han sentido “acosados por algún gremio profesional” y el 71,3% asegura “tener miedo a ser denunciado”. Además, el 44,1% “conoce a alguien que ha sido denunciado” y el 12% “prefiere no ejercer la dermoestética para evitarse problemas”.

La investigadora pone como ejemplo la situación de Reino Unido, donde hay más de 4.000 enfermeras estéticas certificadas bajo un marco de actuación supervisado por la asociación referente del país. “A pesar de no estar la especialización regulada, cuentan con un control en los cuidados, técnicas y códigos de ética para el ejercicio de esta área profesional”.

Formación enfermera ‘joven’

La enfermería dermoestética en España se posiciona como una formación continuada “muy joven”, la cual, explica la enfermera “se está enfrentando a un cambio en el paradigma de la profesión con una visión autónoma y económicamente competitiva”.

De esta manera, Rodríguez López concluye que, por los datos recopilados, se han observado “áreas de oportunidad y desafíos para el desarrollo futuro de la enfermería dermoestética”, algo que puede ser “respaldado por los colegios profesionales y asociaciones de enfermería al cuidado de la piel y dermoestética”.