MARINA VIEIRA.- Las agresiones a enfermeras son un problema global. De acuerdo a los últimos datos revelados por el Consejo General de Enfermería el 33 por ciento de los enfermeros de España sufrieron algún tipo de agresión en 2016. Este escenario se replica en otros países fuera de España. Conocer cómo afectan las agresiones al personal sanitario es esencial para dar visibilidad a la situación a la que se enfrenta la profesión. Por esta razón un grupo de investigadores de la Kaohsiung Medical University de Kaohsiung en Taiwan ha realizado un estudio sobre cómo está relacionado desarrollar depresión con haber sufrido violencia en su lugar de trabajo. Este estudio ha sido publicado en la última edición del Journal of Advanced Nursing.
“Los síntomas depresivos relacionados con la violencia en el lugar de trabajo son algunas de las principales causas que influyen en el deterioro de calidad de vida del personal sanitario víctima de las agresiones y constituyen una pesada carga para la sociedad”, explican los investigadores. Por esta razón comenzaron esta investigación que analizó a 276 enfermeras de psiquiatría de seis diferentes hospitales de Taiwan. Todas ellas respondieron al cuestionario que los investigadores entregaron y se analizó en todos los casos la relación que existía entre tipo y gravedad de la violencia sufrida. También se relacionaron estas variables con el apoyo social que habían recibido y los síntomas de depresión.
Los resultados de este análisis determinaron que el 75.9% de las enfermeras que declaraban haber sufrido algún tipo de violencia en su lugar de trabajo contaban con algún síntoma de depresión. Además también se observaba que aquellas profesionales que contaron con mayor apoyo por parte de sus familias contaban con menos síntomas de depresión. De este modo se manifiesta, una vez más, la necesidad de poner una solución a esta situación que afecta a la enfermería y a todo el personal sanitario a nivel mundial.
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