DAVID RUIPÉREZ.-  El tumor prostático es el más frecuente entre los varones en España. Según los datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), cada año se diagnostican 32.641 casos en nuestro país. La proliferación anormal de células en esta glándula del aparato reproductor, sustentada por las hormonas masculinas, tiene cierta tendencia a extenderse más allá de la próstata y trasladarse a otras partes del cuerpo, más comúnmente a los huesos o ganglios linfáticos. En cuanto a la mortalidad, el tumor prostático actualmente constituye la tercera causa de muerte por cáncer en hombres en nuestro país, por detrás del cáncer de pulmón y el colorrectal.

Se diagnostica, de media, a los 69 años y en más de un 70% de los casos se detecta cuando el tumor está localizado o confinado dentro de la próstata. El tratamiento pasa por distintas opciones —siempre que no esté muy avanzado— como la prostatectomía radical, la radiación externa o interna, mediante braquiterapia (pequeñas semillas radioactivas que se colocan en la glándula), etc.

Radiografia de la enfermedad. Click en la imagen para ampliar.

Radiografia de la enfermedad. Click en la imagen para ampliar.

El papel de la enfermería es fundamental tras la cirugía. “Trabajamos para que el paciente recupere la continencia urinaria. Los varones no están acostumbrados a las compresas ni los absorbentes y tienen gran sensación de ridículo. Por ello, al menos en nuestro centro, nos reunimos con el paciente una semana antes de la intervención para planificar unos ejercicios de suelo pélvico centrados en el músculo elevador del ano. Después habrá que ponerlos en práctica y, por regla general, el 70% de los pacientes han recuperado la función a los 3 meses y el 90% en el plazo de un año tiene al menos una incontinencia socialmente aceptada, que quiere decir que sólo se escapan unas gotitas”, explica Alejandro Garrido, supervisor de consultas del Centro MD Anderson de Madrid.

Tratamiento

Pero en casos de cáncer diseminado ya a otros órganos se añaden tratamientos hormonales para demorar o impedir el crecimiento del tumor, ya que las células del cáncer de próstata necesitan testosterona, un andrógeno, para crecer.

Hasta el 90% de los hombres responde bien inicialmente a la terapia hormonal, pero con el tiempo, en la gran mayoría de los pacientes, el tumor acaba progresando a pesar de tener controlados los niveles de testosterona hacia un estado denominado cáncer de próstata resistente a la castración (CPRC).

Supervivencia

Así, hasta un 40% de los hombres con cáncer de próstata desarrollará una enfermedad metastásica y las opciones de tratamiento son limitadas. El clásico docetaxel puede alargar la supervivencia y han surgido también otros tratamientos novedosos que pueden alargar la vida llegado este punto y conservar cierta calidad de la misma. Es el caso de los fármacos orientados a actuar en la vía de señalización en los receptores de los andrógenos.

Información para enfermeros

La compañía Astellas Pharma y el Consejo General de Enfermería han puesto en marcha una campaña divulgativa dirigida a profesionales para garantizar que la enfermería utilice correctamente los análogos LHRH que se emplean en el cáncer de próstata para suprimir los niveles de testosterona y así evitar la progresión del tumor. Los profesionales que deseen saber más pueden consultar el Manual formativo y ver este vídeo explicativo:

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