REDACCIÓN.- El Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana (Cecova) aprovechó el Día Mundial de la Salud -bajo el lema de Cobertura sanitaria universal- para recordar la necesidad de incrementar el número de enfermeras en la Comunidad Valenciana. De este modo se conseguirá mejorar el cuidado al paciente y evitar que la Comunidad Valenciana continúe a la cola de esta ratio en el conjunto de España, ya que se encuentra tan solo por delante de Murcia y Andalucía en esta clasificación.
Desde el Cecova se recuerda que, «mientras en nuestra región tenemos una ratio de 511 enfermeras no jubiladas por cada 100.000 habitantes, la media nacional se encuentra en 549. Esta situación redunda negativamente en la atención a los pacientes de Castellón, Valencia y Alicante. El escenario que ofrece la Comunidad Valenciana, comparándola con comunidades como Navarra (868), Pais Vasco (754), Castilla y León (668), Madrid (669) o Aragón (668), supone una injustificable discriminación en la atención sanitaria al paciente».
Respecto al resto de países europeos la comparación es, si cabe, aún más sonrojante, situándose también España en el vagón de cola en la ratio de enfermeros por cada 1.000 habitantes, siendo triplicada por países como Finlandia, Dinamarca, Bélgica y Alemania. Además, en el conjunto de la Unión Europea hay una proporción de 30% de médicos por un 70% enfermeras, mientras que en España los médicos representan aproximadamente el 43% y las enfermeras el 57%. Estos datos demuestran que, si bien en el entorno europeo se da una mayor apuesta por la profesión de Enfermería, en España se sigue en la dinámica de la espiral de medicalización de nuestro sistema.
La reivindicación del Cecova no es un caso aislado en el conjunto del panorama de la profesión en España y en el ámbito internacional. Así, el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) y sus miembros, como el Consejo General de Enfermería de España, han reclamado a nivel global una mayor inversión en niveles de dotación de enfermeras. Es un hecho que la seguridad del paciente y del propio profesional están seriamente comprometidos ante la falta de enfermeras en muchos servicios y centros sanitarios. Diferentes estudios certifican que asignar una enfermera más por cada diez camas se asocia a una reducción del 11-28% de la mortalidad en los 30 días posteriores a un infarto y a una reducción del 8-12% pasado un año de dicho episodio.