GEMA ROMERO.- En Navarra- una de las comunidades autónomas que más tiene desarrollado los programas para la deshabituación tabáquica – el 95% de la atención sanitaria la realizan las enfermeras de familia y, sin embargo, el que prescribe los fármacos que ayudan a dejar de fumar es el médico. Para el Consejo General de Enfermería (CGE) ejemplos como este son una clara oportunidad para emplear la prescripción enfermera a través de los protocolos y guías clínicas. Por ello, en la comisión de protocolos que ya está trabajando en el Ministerio de Sanidad van a proponer que se incluya a estos fármacos para que puedan ser prescritos por las enfermeras a través de la orden de dispensación.
Como explicaba José Luis Cobos, vicesecretario general del Consejo General de Enfermería, en declaraciones a DiarioEnfermero.es en el marco del “Foro de actualización sobre abordaje del tabaquismo”, organizado por el Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT), “la nueva normativa nos permite el poder indicar y autorizar la dispensación de determinados medicamentos sujetos a prescripción médica, como lo son algunos de los medicamentos que se utilizan en la cesación tabáquica y, por lo tanto, es fundamental que se ponga en marcha el mecanismo para que las enfermeras puedan realizar esa indicación y esa autorización de dispensación a través de la orden de dispensación, y no que sea un profesional que hace todo el trabajo, para que luego otros firmen esa prescripción”.
Tal y como señalaba Cobos, que también forma parte de la comisión de protocolos, “en el Ministerio estamos trabajando muy activamente en el caso de los protocolos para estos tipos de medicamentos (los que requieren receta médica), que podrían incluir los que son necesarios para cesar en el tabaco. Yo creo que se pondrán encima de la mesa y a buen seguro entrarán dentro del catálogo de los protocolos que vamos a poner en marcha”.
El tema surgía en el debate organizado por CNPT tras comentar Manuel Carpintero, gerente de Atención primaria del Servicio Navarro de Salud “que la mayor dedicación es de las enfermeras. El 95% del seguimiento lo realizan las enfermeras, los médicos sólo prescriben los fármacos y poco más, pero la que toma la decisión es la enfermera”. Como reconocía el propio Carpintero esto lo saben hasta las propias farmacéuticas que, en materia de tabaco, a quien visitan es a las enfermeras y no a los médicos. Y sin embargo, interpelado por José Luis Cobos sobre la posibilidad de que las propias enfermeras sean las que prescriban reconocía que “no está previsto, es más, es algo que ni siguiera se había planteado”, ha señalado Carpintero.
Sin embargo, para M.ª del Carmen González, enfermera y vicepresidenta del CNPT, “la enfermería familiar y comunitaria está muy preparada para acompañar a todos los pacientes que quieren hacer un cambio de hábitos y este que es un cambio de hábito, el dejar de fumar, están perfectamente preparadas, conocen los tratamientos, conocen el seguimiento, conocen los efectos secundarios y pueden desarrollar la deshabituación tabáquica plenamente”, ha destacado a DiarioEnfermero.es.
Como señalaba esta enfermera, que también es responsable de la unidad de tabaquismo de Atención Primaria de Avilés (Asturias), “en estos momentos sí podemos indicar el uso de la terapia sustitutiva de nicotina, porque no está determinada por receta, pero los otros dos medicamentos los tiene que prescribir el médico. Otra cosa es que por la práctica, y el conocimiento y los años de experiencia sepas manejarlos. Tienes formación para conocer los efectos secundarios, las interacciones con otros tratamientos que están usando, pero la prescripción es médica. Conoces el proceso y acompañas, pero la responsabilidad del tratamiento prescrito es del médico”.
Retos pendientes
Para Andrés Zamorano, presidente del CNPT, todavía son muchos los retos pendientes en materia de tabaquismo, una patología reconocida por la Organización Mundial de la Salud como la primera causa de mortalidad evitable. “Ahora tenemos un gran reto que es la financiación de los tratamientos farmacológicos para dejar de fumar, a partir del 1 de enero, y tenemos que aprovechar para ponernos todos las pilas y hacer tratamientos cognitivos-conductuales y tratamientos farmacológicos a nuestros pacientes”, ha señalado.
Para Zamorano, “la ley del tabaco de 2005 y su ampliación del 2010 tienen aspectos que están sin concretar, en referencia a la fiscalidad, hay que equiparar al alza todos los productos, también las nuevas formas de fumar, porque son productos que se están introduciendo entre los jóvenes, hay que ampliar los espacios sin humo y hacer cumplir la regulación que hay; nos gustaría que se legislara sobre el etiquetado neutro, que no se ha desarrollado; las campañas que ya ha comenzado el Ministerio deberían ser más periódicas y dirigidas a sectores de población concretas; con la publicidad y patrocinio hay que poner coto a las tabacaleras para que no se salten la legislación con los resquicios legales para hacer publicidad y los tratamientos financiados”.
Finalmente, “si hay niños en un coche, que es un ambiente supercerrado, o mujeres embarazas debería estar prohibido fumar -tal y como viene reclamando el Consejo General de Enfermería-. Al ser un ámbito privado tiene más dificultades seguramente esta ley, pero hay comunidades autónomas que van a abordarlo y van a prohibir fumar en los vehículos privados, también”. Algo que apoyan sin reservas, pese a ser conscientes de la dificultad que entraña.
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