Casi una cuarta parte de las enfermeras de los países más desarrollados ha nacido en el extranjero. Así lo demuestran los datos del Informe sobre el estado de la enfermería en el mundo de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y, sin embargo, la mayoría de los países no compensan a los países de donde proceden. De ahí que el CIE pida la creación de un fondo internacional para la formación de enfermeras que compense a los países más pobres.

Así, tal y como se ha puesto de manifiesto en el último congreso del CIE en Helsinki, un país como Canadá, uno de los principales receptores de enfermeras de otros países, “ha evitado más de 1.000 millones de dólares canadienses en costes de formación contratando personal sanitario de países de renta baja y media. Si sumamos lo que los diez principales países contratantes se ahorran en costes de formación al contratar personal sanitario de países en desarrollo, es probable que estemos hablando de decenas de miles de millones, es decir, decenas de miles de millones transferidos de los países más pobres del mundo a los más ricos, con muy pocas pruebas de que los países de origen estén obteniendo algo a cambio. Es difícil no concluir que se trata de un timo mundial de la enfermería”, ha señalado Howard Catton, director general de CIE.

Para el CIE “estos miles de millones desplazados de las naciones más pobres a las más ricas suponen un gran fraude de contratación”, demostrando “tanto el poder económico de la atención como la explotación económica que está en el centro de la migración desigual de las enfermeras”, señalan en un comunicado.

Para José Luis Cobos, presidente del CIE, “la contratación ética es vital para la equidad y la justicia sanitarias en todo el mundo. Aunque el CIE apoya el derecho individual de las enfermeras a emigrar, sabemos que los países en desarrollo vulnerables están perdiendo cientos de miles de enfermeras, a menudo debido a la contratación agresiva por parte de los países ricos. No podemos privar a unos países de unos valiosos recursos humanos sanitarios para abastecer a otros”.

Cuestión de prioridades

Tal y como se vio en Helsinki, los modelos del Foro Económico Mundial (FEM) muestran un retorno de 3,1 billones de dólares en PIB por la inversión de 1,3 billones de dólares en puestos de trabajo de enfermería y sociales sólo en Estados Unidos.

Así, el CIE recuerda lo que señaló el director general de la OMS, Tedros Adhanom de que sólo el precio de uno de los 20 Stealth Bomber que posee Estados Unidos financiaría el presupuesto anual de 2.000 millones de dólares de la OMS, o la contratación de 100.000 enfermeras. “Tenemos que encontrar el equilibrio entre defensa y sanidad y reconocer que ambas son cuestiones de seguridad nacional y mundial, y que no se puede elegir la sanidad sin elegir también la enfermería.”

Fondo internacional

Por ello, “el CIE insta a los Estados de renta alta a romper estos patrones de desigualdad y a comprometerse con una planificación sólida y autosuficiente de la mano de obra y con una contratación ética, que incluya mecanismos para compensar justamente a las naciones en desarrollo por la mano de obra esencial que han invertido en formar. Cualquier país que quiera ser considerado ético debe ofrecer reciprocidad y una retribución real y proporcional cuando acepte trabajadores sanitarios del extranjero”, ha subrayado Cobos.

Además, “si los países ricos están ahorrando miles de millones, ¿por qué no pueden reinvertir una parte de esas ganancias en un fondo mundial para reforzar la formación de enfermeras en los países de origen? Sabemos que los países en desarrollo gastan más en el servicio de la deuda que en la totalidad de sus presupuestos de asistencia de salud o educación. ¿Por qué los países ricos no condonan parte de la deuda soberana que tienen con ellos los países cuya mano de obra están esquilmando?”, se pregunta el presidente del CIE.

A su juicio, “necesitamos urgentemente un Código de prácticas mundial de la OMS sobre contratación internacional de personal sanitario, con compromisos vinculantes para compensar adecuadamente a los países en desarrollo por el personal sanitario que están perdiendo. De lo contrario, se corre el riesgo de que el Código sólo permita al país que contrata «tomar» y no apoye ningún «dar» compensatorio”.

Finalmente, el CIE también hace un llamamiento a los dirigentes para que aborden urgentemente “las condiciones de trabajo inadecuadas, la escasa remuneración y la falta de protección de las enfermeras contra la violencia, en gran parte de género, que están perpetuando la escasez y alimentando estos modelos de migración no equitativa de las enfermeras y de contratación internacional no ética”, concluye Cobos.