GEMA ROMERO.- El CIE y el Centro Saudí para la Seguridad del Paciente han lanzado el Libro Blanco sobre Niveles de Dotación de Personal para la Seguridad del Paciente y la Fuerza Laboral que reúne evidencia de un amplio abanico de fuentes, cubriendo diferentes países y contextos, para demostrar que disponer del número adecuado de enfermeras, en el lugar y el momento apropiados, ofrece calidad y seguridad a las poblaciones atendidas y contribuirá a retener a las enfermeras en sus países de origen.
Como explica Howard Catton, director general del CIE, “el CIE ve la seguridad del paciente y la dotación de enfermeras como dos caras de la misma moneda. Este informe pone de manifiesto la necesidad de que quienes toman las decisiones asignen un número adecuado de enfermeras con una combinación apropiada de formación, habilidades y experiencia en todo momento y a lo largo de todo el continuo de cuidados. Invertir en una dotación de enfermeras segura, eficaz y basada en las necesidades no sólo es fundamental para la seguridad del paciente, sino que también puede reducir el coste del tratamiento de condiciones evitables asociadas a la atención de salud”.
Tal y como se establecen en las conclusiones de este libro blanco “varios estudios sugieren que los niveles inadecuados de personal de enfermería provocan muchos retrasos y complicaciones en la atención al paciente, lo que conlleva un aumento de los costes para la institución”. Esta escasez de enfermeras también se relaciona directamente con el aumento de infecciones hospitalarias, caídas de los pacientes, lesiones, úlceras por presión, incremento de estancias hospitalarias, reingresos… “En resumen, la carga de trabajo excesiva y las bajas tasas de personal de enfermería se asocian con tasas más altas de daño médico prevenible y aumentan la mortalidad y morbilidad de los pacientes”.
Por ello, el CIE sostiene que “los responsables de la toma de decisiones, los responsables de la formulación de políticas y los defensores de la atención de la salud deben comprender y tener influencia sobre cómo los niveles de personal de enfermería afectan a la seguridad y el bienestar de la atención que se brinda a los pacientes. Los profesionales de la salud deben desarrollar estrategias y procesos que satisfagan las necesidades de la población a la que sirven para no causar daño”. Así, “la seguridad de la fuerza laboral debe ser una prioridad para todos los líderes y administradores de atención sanitaria. Los esfuerzos colectivos de los legisladores y administradores de hospitales deben abordar los desafíos y acelerar la necesidad de mejorar continuamente y encontrar soluciones para abogar por una atención al paciente mucho más segura”, subrayan.
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