REDACCIÓN.- Como respuesta al repunte de personas desplazadas en la última década a causa de la inestabilidad geopolítica y a la luz de la abundante evidencia e investigación en este campo, el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) defiende el papel de las enfermeras como proveedores de cuidados y como los profesionales de la salud mejor posicionados para satisfacer las necesidades complejas y únicas de estas poblaciones. Por este motivo el CIE, como máximo órgano de representación de la enfermería a nivel mundial, ha publicado la revisión de su declaración de posicionamiento sobre la salud de los migrantes, los refugiados y las personas desplazadas (MRPD).
La declaración insta por igual a los gobiernos, los sistemas de salud y a las enfermeras a título individual a integrar la profesión en la formulación de las políticas y las actividades de lobby, advirtiendo que numerosos países aún funcionan con protocolos muy restrictivos a causa de la situación jurídica de los MRPD a pesar de que la evidencia demuestra que los modelos de cuidados dirigidos por enfermeras mejoran el acceso a los servicios de atención de salud para las poblaciones a las que es difícil llegar y son vulnerables.
Este documento actualizado se hace eco de las palabras del Director general de la organización internacional para las migraciones (OIM), el Embajador William Swing, en su alocución con ocasión del Congreso del CIE celebrado en Barcelona en mayo de 2017 afirmando la necesidad de buscar “soluciones política y socialmente sólidas que aborden los factores que impulsan la migración e integren la cuestión de la salud en las decisiones políticas con el fin de lograr marcos éticos y sostenibles”.
El CIE reconoce que las enfermeras están a la vanguardia prestando cuidados humanos y dignos a los migrantes. Desempeñan un papel significativo a la hora de ayudar a los MRPD a superar las numerosas barreras a las que se enfrentan a nivel político, así como en relación con el sistema de salud y el punto de dispensación de cuidados. Los modelos de cuidados dirigidos por enfermeras mejoran el acceso a los servicios sanitarios por parte de las poblaciones a las que es difícil llegar y, además, representan un planteamiento holístico capaz de abordar el abanico de necesidades sociosanitarias de los MRPD.
La quinta revisión de esta Declaración de posición adoptada en 1983 es crucial por ser tan oportuna de cara a la estimación de 244 millones de migrantes internacionales facilitada por UNDESA en 2015[1] y considerando que la cifra sigue aumentando, lo cual está impulsando a los Estados a reconocer la situación desde la perspectiva de los determinantes sociales de la salud y de la salud como derecho humano.