REDACCIÓN.- Las agresiones injustificadas a enfermeras y enfermeros deben parar de forma inmediata. Solo en 2023, el Observatorio Nacional de Agresiones, dependiente del Consejo General de Enfermería, ha registrado en Galicia 212 agresiones, un 12 % más que en 2022.
Las agresiones, tanto físicas como verbales, son un problema creciente que afecta no solo a la seguridad de los profesionales, sino también a su bienestar emocional y psicológico, además de impactar negativamente en la calidad de la atención que brindan a los pacientes.
“La violencia nunca está justificada, nunca es la solución, pero, normalmente, detrás de una agresión hay una insatisfacción y frustración del agresor con los servicios sanitarios”, explica el vicepresidente del Colegio de Enfermería de A Coruña, Benjamín Rodríguez. “El personal de enfermería, especialmente en áreas como Urgencias, Atención Primaria y Cuidados Intensivos, a menudo enfrenta situaciones de presión y estrés. Estamos en la primera línea asistencial. La tensión emocional de los pacientes y sus familiares puede derivar en episodios violentos. ¿Cómo se aborda? A través de la sensibilización, la prevención y la protección en los centros sanitarios.”
Desde el Consejo General de Enfermería se han puesto en marcha campañas de concienciación para animar al registro y denuncia de una agresión. “La formación continuada es crucial”, asegura Benjamín Fernández. “Hay comportamientos previos a la agresión que se pueden detectar y, por lo tanto, minimizar los riesgos. En los dos últimos años, unas 4.000 enfermeras de toda España han recibido formación, capacitación e información en el manejo de conflictos en estrecha colaboración con la Policía Nacional. Se les da a los profesionales unas herramientas de prevención y gestión eficaz de situaciones de violencia.”
Para acabar con las agresiones, hay que denunciar. Desde que se ha puesto en marcha el Registro de Agresiones a enfermeras y enfermeros, el incremento de las notificaciones y denuncias ha sido continuo. “Ha aumentado la concienciación sobre la importancia de la denuncia. Y desde aquí animamos a las profesionales a que denuncien. Que no duden. Los datos no reflejan el total de las agresiones reales. Sabemos que hay una infranotificación de episodios violentos, especialmente cuando se refieren a insultos y amenazas, porque no se denuncian. Queremos dejar muy claro a las enfermeras y enfermeros que no están solas, que ante cualquier agresión, amenaza, vejación, insulto o acoso van a encontrar todo el apoyo en el Colegio de Enfermería de A Coruña, en el Consejo General de Enfermería y, por supuesto, en las fuerzas y cuerpos de seguridad.”, apunta el vicepresidente de la Organización Colegial de Enfermería de A Coruña.
Es importante también que el SERGAS analice las causas de insatisfacción de la población e implemente medidas de mejora de la calidad asistencial. Desde el Colegio de Enfermería demandamos también el refuerzo de sanciones legales a los agresores.
Según el Informe de Agresiones a Profesionales del Sistema Nacional de Salud 2023, elaborado por el Ministerio de Sanidad, las agresiones notificadas corresponden en su mayoría con ataques no físicos. El 84 % del total fueron agresiones verbales (insultos o amenazas), mientras que el 16 % fueron actos violentos de tipo físico. Asimismo, estos episodios se registraron mayoritariamente (un 37 %) en las consultas; sigue el ámbito de la hospitalización, con un 21 % de las agresiones y la admisión y punto de admisión, con un 17 %. En Urgencias ocurren el 14 % de las agresiones, mientras que un 8 % corresponde a las unidades de Psiquiatría y Salud Mental.