EUROPA PRESS.- Una jornada organizada en el Colegio de Enfermería de La Rioja, bajo el título «Enfermería Comunitaria y Farmacia Comunitaria. Lo que la verdad esconde», ha advertido de la «privatización» de la Atención Primaria que supone la práctica de la Farmacia Comunitaria. En la jornada, el presidente del Colegio, Pedro Vidal, ha hablado sobre la «Evolución de la autodenominada «Farmacia Comunitaria», haciendo un recorrido histórico, apoyado en titulares o informaciones en diferentes medios de comunicación, «sobre la mal llamada «Farmacia Comunitaria», que nació hace ya 20 años y ha tenido su evolución a la búsqueda de un nuevo modelo de Sanidad, pero que no cuenta con el apoyo de los datos científicos, ni con un respaldo legal».
Contrariamente, adujo en su intervención, «es un modelo basado en el cobro de sus servicios -cuando los ciudadanos ya los están recibiendo gratis del Sistema de Sanidad español-, y que pone como ejemplos experiencias de otros países como el Reino Unido, Francia o Portugal cuyos modelos no se pueden trasladar a nuestro país al ser muy diferentes los sistemas de la Seguridad Social de cada uno de ellos».
Puso «en alerta» a los profesionales, «pues la mal llamada «Farmacia Comunitaria» está teniendo algunos apoyos en los políticos de Comunidades como Aragón, Galicia, Valencia, Canarias, el País Vasco, Murcia o de manera especial Madrid, donde puso como ejemplo el del Ayuntamiento de la localidad de El Boalo».
En este municipio, el proyecto de «Atención farmacéutica domiciliaria» quedó 2º finalista del II Premio TEVA, compañía farmacéutica especializada en el desarrollo, producción y comercialización de medicamentos genéricos e innovadores. Allí empezaron a ofrecer una «ayuda adicional al Centro de Salud en el seguimiento y control de pacientes domiciliarios en situaciones especiales» y dejan por escrito que «40 euros mensuales es el coste medio por paciente de este servicio, de los cuales el paciente aporta entre 2 y 6 euros».
Por cierto la Dirección General de Inspección y Ordenación de la Comunidad de Madrid a instancia del Colegio de Enfermería de Madrid, ordenó el «cese inmediato» de las actividades de atención farmacéutica domiciliaria que venía llevando a cabo la oficina de este municipio madrileño.
Además, reconoció que esta actividad «se ha implementado sin colaboración alguna con los profesionales de Atención Primaria del Sermas» y tampoco está incluida «entre ninguna de las posibles actividades que se realizan en nuestra Comunidad en el marco del Convenio específico de colaboración suscrito entre la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y el Colegio de Farmacéuticos de Madrid por el que se fijan las condiciones para la participación de las Oficinas de Farmacia legamente autorizadas en la Comunidad de Madrid en el sistema sanitario».
También informó Pedro Vidal que en La Rioja le preguntó recientemente a la consejera de Sanidad, María Martín, en la última reunión del Consejo Riojano de Salud, si alguna de las funciones desempeñadas hasta ahora por los enfermeros, concretamente vacunaciones y control de crónicos, iban a ser desempeñadas en algún momento por «otros profesionales» siendo la respuesta «un claro y rotundo no». No obstante, aconsejó estar atento.
José Mª San Segundo Encinar, director del Grupo Análisis de Investigación, presentó el estudio «Percepción social de la iniciativa de Farmacia Comunitaria en La Rioja», en el que se preguntó a 200 riojanos, sobre el grado de satisfacción que tienen con su enfermera, dando como resultado una media de 8,86, con una variación por edad, pues hasta los 64 años, la media es de 8,69 y la población mayor de 65 años o más, da una media de 9,00.
Además, ante la posibilidad de un control en domicilio de mayores y enfermos crónicos por parte de las farmacias, los encuestados respondieron en un 91% de los casos que este asunto debe estar en manos de los médicos y enfermeros. Y, preguntados por las preferencias sobre quién debe hacer estas visitas, el 73,5% eligen a las enfermeras; el 25,5% ven innecesarias esas visitas salvo en caso de mucha necesidad y solamente el 1% se inclina porque la realicen el personal de las farmacias.
José Mª San Segundo Encinar se refirió a las colegiadas como las que «se encargan de la cronicidad, mayores, cuidados y servicios a domicilios» que son las palabras que mejor definen las funciones de la enfermería, entre otras, y que «si abandonamos, nos quedamos sin trabajo», recordando que el futuro de la Sanidad está en «los cuidados y la cronicidad».
José Ramón Martínez Riera hizo un análisis completo sobre lo que hasta ahora se sabe de la mal llamada «Farmacia Comunitaria» cuyos profesionales «carecen de formación para lo que quieren hacer, además de no tener competencias legales para ello», sin olvidar que adolecen de todas las evidencias científicas que requiere este tipo de profesiones, si bien se quiere imponer como una «atención puntual, comercial e interesada».
Por todo ello, concluyó que «lo que la verdad esconde la «Farmacia Comunitaria» es el dinero», sin que además hayan generado ningún tipo de diálogo con el resto de profesiones de la Sanidad, cuyos agentes saben perfectamente las competencias que tienen cada uno y el farmacéutico quiere ir más allá de su marco competencial.
En los tres ponentes no faltó la expresión de que «estamos simple y llanamente, ante una forma de privatizar la Atención Primaria, cuando estos mismos servicios que quieren ofrecer los farmacéuticos ya los ofrece la Seguridad Social de forma totalmente gratuita y además son realizados por profesionales preparados para ello, lo que suscitó un animado coloquio sobre esta «Farmacia Comunitaria» y el papel de las enfermeras en la labor del cuidado de la población».